martes, 22 de enero de 2019

PINTORAS


Pintoras es hasta el momento la última obra de Ángeles Caso, su segunda obra infantil. Después de publicar con la editorial Libros de la Letra Azul (un proyecto más de la autora y a través de crowfunding en la página de Verkami) Ellas mismas. Autorretrato de mujeres pintoras y Grandes Maestras, publica ahora la versión infantil por el mismo camino, Pintoras.



Pintoras no es un cuento, no es un relato, ni tan siquiera una colección de cuentos, es un texto informativo en el que se nos pone en conocimiento la vida de veinticinco mujeres pintoras, veinticuatro con su nombre y su historia, la otra, la veinticinco, es una mujer colectiva, la mujer prehistórica, representa a todas las mujeres de ese período que también, al igual que los hombres, pintaban en las paredes de las cuevas. Ahí comienza este recorrido por la historia, como ya dijimos, de veinticinco pintoras.

La claridad expositiva de Ángeles Caso está aquí de nuevo latente, intentando contar en un susurro misterioso al oído del niño, de la niña, la historia de cada una de ellas. Lo hace tan ameno y tan de hoy que hasta algún "detrás suyo" se le escapa, de esos que tanto utilizan ahora jóvenes y no tan jóvenes, formados y no tan formados. 

Lo cierto es que el texto cala, su tamaño es proporcionado a la atención de los más pequeños pero plagado de datos curiosos e interesantes que llaman la atención.

Nos gusta a todos, a grandes y a pequeños. El hecho de que cada uno de esos textos finalice incitando a la investigación y a la práctica, animando a que cada pequeño pruebe a hacer su autorretrato, su retrato familiar, a plasmar la imagen de su mano, a soñar,  a imaginarse en otra época... es un placer.

En la selección de las pintoras Ángeles Caso, buena conocedora del tema, elige una representación significativa que dejará poso en nuestros niños y, por tanto, en nuestra sociedad.

La co-autora, la pintora cántabra Laura López Balza, hace lo propio con sus pinturas. Las llena de colores vistosos, alegres, que recrean las palabras de la escritora. Con sus pinturas pone imagen a las palabras de la escritora, a esos detalles que quizá no se perciban fácilmente en el original. Cambia algunas perspectivas, algunos encuadres, elimina elementos del original que podrían generar ruido en la mente del niño, acercándose así, como decimos ,más a las palabras explicativas de la investigadora pero sin perder de vista en ningún momento el original.

El libro como hecho físico, como entidad, es una maravilla de tapa dura y un papel de gramaje superior (como lo son Ellas mismas y Grandes maestras, cuya labor de diseño gráfico también hay que resaltar).  Una edición muy cuidada y elaborada que resistirá el paso de los años, parece, y de las muchas manos que deben hojearlo, porque no es un libro para una vez.. No es un libro para leer de un tirón y colocar olvidado en una estantería. Es un libro de consulta y también de recreo. ¿Cuántas veces se les pide a los niños que recreen una obra e intentan copiarla fielmente frustrándose? Este libro nos permite darnos cuenta de la libertad que se puede tener en la recreación de una obra respetando su esencia.


Pero no acaba aquí la historia, ni el libro. Cuando vi el proyecto en Verkami, tuve mis dudas, ¿deben los niños conocer el cuadro original y no una recreación libre? ¿Qué sentido tiene no mostrarle los originales? ¿Realmente es necesaria esta obra? Lo dicho, dudé bastante.

Al conocer el conjunto de la obra de Ángeles Caso quise apostar por su sentido común y su conocimiento del arte. Pensé en la obra de Anthony Browne, ilustrador mundialmente reconocido, Las pinturas de Willy que tanto nos gusta; y cómo no en la posible ilusión que le haría al pequeño que su nombre apareciese como mecenas (¡y vaya si le hizo!), entonces arriesgué.

En esta obra los originales también están recreados, en ellos aparece siempre el simio que caracteriza la obra de su ilustrador, de Anthony Browne.


Hoy creo que no fue un riesgo, si no , un acierto. Tenemos un estupendo libro de consulta, de entretenimiento y de formación. Y Ángeles Caso no me defraudó, al final del libro, y en papel pegatina, aparecen los cuadros originales. Se plantea el juego de ir relacionando, buscando, emparejando original y recreación. Esto nos permite analizar uno y otro, comparar y aprender. Juego éste que no aparece en Las pinturas de Willy. En este libro al final aparecen los cuadros originales también con su leyenda, pero para el infante resulta mucho más latoso andar de atrás hacia adelante buscando y comparando, además de los deterioros que puede ocasionar. Es cierto que esas hojas pueden desprenderse del libro, pero me temo que si lo hacemos, las perderemos. Por cierto, en esta obra, si mal no recuerdo, sólo tenemos a una pintora, a Frida Khalo, las demás se perderían en la noche de los tiempos si no fuera por la labor de Ángeles Caso y otras como ella que nos ofrecen estas otras alternativas.

Nosotros, ya tenemos tarea pendiente, hacer una "P" como Claricia hizo la "Q", ¿que no sabéis cómo? Id al libro, os lo desvelará. Nosotros también lo haremos cuando hagamos la actividad que nos hemos propuesto, no la hemos visto en el libro, pero es lo bueno que tiene que se te ocurren otras.






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