sábado, 23 de diciembre de 2023

PADURA NOS ILUMINA

El 18 de diciembre de 2023 Padura, Leonardo Padura, el escritor cubano que tan bien sabe contarnos la vida y la historia de su país, estuvo en el Ciclo Palabra del Centro Niemeyer (Avilés) y tuve la fantástica oportunidad de sentarme a charlar con él.

    Tras hablar de su última obra Personas decentes y de algunas otras cuestiones más como la presencia constante de la música en la misma, la inteligencia artificial, no quise cerrar aquel encuentro sin ser la profesora que hay en mí y pensar en aquellos jóvenes que se empeñan en decirse y decirnos a quienes les rodeamos que no les gusta leer.

    Además de por deformación profesional (un profesor siempre está pensando en cómo usar "eso" -lo que sea en ese momento- en el aula), quise preguntárselo a Padura porque él ha confesado en algún artículo que llegó tarde a ser un ávido lector.

    Sus gustos, sus sueños, estaban ligados al juego de la pelota. Soñaba con ser pelotero, con moverse entre peloteros; sin embargo, en la película de su vida hubo un giro de guion inesperado y acabó estudiando Filología (donde conocería a su eternamente Lucía). ¡Él! El de las mejores notas del preuniversitario habanero de su promoción. Él a quien las Ciencias, las Matemática le atraían seguramente más que las Letras.

    Pensaba yo en esos alumnos y alumnas que como él entonces allá en Cuba soñaba con ser pelotero, ahora aquí sueñan con ser futbolistas o tiktokers y lamentablemente "no hay cama para tanta gente".

    Obligar no se puede y menos a esa edad a la que tan rebeldes somos, nos contestó. Habló de la dificultad de la labor y de la importancia de la lectura, de los libreros y los editores, por supuesto, de los profesores. Nos contó cómo las influencias que lo rodearon y su espíritu competitivo lo llevó a él a querer, necesitar saber más. Nos contó tantas ideas interesantes con las que ahora construir una reflexión que yo necesito plasmar en un papel.

    No es la primera vez que se me pasa por la cabeza (y la idea no es original mía) que lo estamos haciendo al revés, los currículos nos obligan a hacerlo al revés. No podemos llevarlos a un mundo de escritores que mueren de hambre, escritores perseguidos, escritores abandonados, escritores que mueren solos, escritores que se quitan la vida, escritoras olvidadas y ninguneadas.

    Es cierto que la vida no es Disney y los finales no tienen por qué ser  felices; pero ellos viven en un mundo deslumbrado y deslumbrante por aquellos que triunfan, ya sean deportistas, cantantes, youtubers, celebrites de todo tipo, y, ¿queremos que se sientan atraídos por desharrapados?

    Quizá para que algún día lean La Odisea, La Eneida, El Quijote... tenemos que mostrarles ahora la Liga de los Grandes. Hacerles ver que la lectura ha abierto puertas de éxito, de triunfo, de sueños alcanzados puede ser muy importante. Seres reales de carne y hueso que un día leyeron eso que los profesores recomiendan (neutro, me han dicho a mí este curso, que les mandamos "lecturas neutras") y hoy han alcanzado la fama, y no el nombre de una calle trescientos años más tarde.

    En mi descargo queda que siempre les digo que piensen en Walt Disney y su imperio, ¿de dónde han salido las grandes historias con las que ha hecho fortuna? ¡Poderoso Caballero es Don Dinero! La fama, el dinero, son cosas banales que se esfuman rápidamente pero es lo que interesa a un sector, es evidente, quizá atrapándolos en la lectura podamos dar giros de guion a muchas vidas.


                                                                  Así de bien lo pasamos

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