jueves, 20 de agosto de 2020

HISTORIAS CON ALUMNOS: préstamo de libros.


Hace tiempo alguien me recomendó El árbol de las mentiras, no recuerdo sus argumentos pero recuerdo que me convencieron. Más tarde oí a alguien recomendar este libro y recordé que estaba entre mi lista de pendientes.


Este pasado curso un exalumno se acercó a la Biblioteca y me preguntó qué podía leer. Le propuse arriesgadamente Casa de muñecas de Ibsen. Sabía que no era lector de teatro pero creí que debía leerlo y pensé que ya estaba preparado para hacerlo. Volvió para decirme que no era lo que esperaba, pero le había gustado. Me pidió otro (a todos los lectores nos pasa lo mismo: estamos enganchados y necesitamos más).


Le hablé de este libro, le dije que me habían hablado bien de él, pero que yo ni lo tenía para dejárselo y que ni siquiera lo había leído. Me gusta que sean ellos quienes lean lo que otros me recomiendan, saber sus impresiones. El hecho fue que se quedó con la copla, pues no tardó en venir a contarme que lo había comprado. Yo siempre les digo que lo que les pido es que lean los libros no que los compren, pero, en el fondo, me encanta que hagan su propia biblioteca (los libros no son caros si los comparamos con lo que gastan algunos -niños y no tan niños- en vídeojuegos, aplicaciones, etc...)


No tardó en volver para decirme "profe, no me ha gustado". Me disculpé como pude porque una se queda con el resquemor de un mal consejo. Él añadió "te lo voy a traer, lo tienes que leer". Le recordé que estaba en mi lista de pendientes y que tenía unos cuantos delante. No le importaba. Me trajo el libro.


Y llegó el confinamiento y pensé "ostras, tengo que leerme ese libro". Y empecé, y no pude con él. NO era un libro para mi confinamiento. No era el momento. Repito constantemente (y lo aplico) que si un libro no te gusta, hay que dejarlo, hay millones de libros publicados para leer algo que no te gusta o no te llega. Claro, puntualizo que a todo hay excepciones, una es que si te lo manda la profe de Lengua, hay que leerlo y hay que llegar hasta el final. Si un especialista dice que te lo debes leer, es como un médico que te receta unas pastillas, puede no acertar, pero debes tomártelas, debes confiar en él porque de ello depende tu salud. También recomiendo, si no es para clase, dejarlo para otro momento de tu vida. Las lecturas y la vida deben ir sincronizadas.


Yo éste, por supuesto, no lo dejé. Lo aparqué. No lo dejé porque era un libro prestado por un alumno del instituto, un alumno que no estando en mis listas había ido a preguntarme qué leer, lo había leído a pesar de que no le gustaba y de que no le iba a mejorar la calificación. Así pues, yo también tenía que leerlo.


Evidentemente, no era un libro para aparcar años y paños. Era un marrón que debía quitarme de encima. Estaba leyendo un libro que no me estaba llegando, a pesar de todo y por las razones que ya he explicado, me lo leí de principio a fin. 


Entiendo a quienes me lo recomendaron y a quienes le otorgaron el premio. Está bien escrito. Técnicamente bien escrito. Además trata el tema de la mujer, hace a las mujeres visibles -tanto respecto al intelecto como a la sexualidad-; hay misterio, aventura, tensión sexual... todos esos ingredientes que gustan a un adolescente los hay, sí, pero no.


Entiendo que no le haya gustado, un Lector, aunque sea adolescente, es más que probable que tenga el tema de la mujer más que superado, más que visible,  máxime si ha leído Casa de muñecas. Esta historia no está contada de una forma ágil. Un libro de aventuras para mí (casi diría que cualquier obra que me guste) tiene que no dejarte parar. Yo en este me he parado meses, me he parado días entre capítulos, he leído otras obras por el medio, incluso, me he parado en medio de un capítulo... no ha conseguido engancharme, OJO, hasta el desenlace (igual por las ganas que tenía de acabarlo). Lo cierto es que en el desenlace sí que consiguió llegarme. En el planteamiento y el nudo, lo siento, pero no.


Tendría que pedirle a algún otro alumno, por supuesto entiendo el masculino como género no marcado, que lo lea, a ver qué pasa la próxima vez. Buscaré con todo el riesgo que ello conlleva que haya una tercera opinión. Quien me lo prestó está en un grupo de exalumnos míos que me ha puesto deberes para el verano -ya hablaré otro día de esto-, quizá alguno de ellos o de ellas se atreva a enfrentarse a El árbol de las mentiras.


Firmado: La Marca Blanca.


(He firmado así porque este alumno en cuestión un día me dijo "Profe, yo quiero que nos des tú clase. Zutanita es muy buena, es MUY TÚ, pero es tu Marca Blanca". ¿No me digáis que no es un piropo profesional genial? Del "otro vendrá que bueno te hará" hemos pasado a "Otro vendrá que en Primera Marca te convertirá". La evolución de la lengua y del mundo. Ellos y sus genialidades. Por cierto, no os engañéis son más lo que desean que NO les dé yo clase😂😉).

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