lunes, 17 de agosto de 2020

LA TRIBU RODADA: un viaje caracol.


 Todas las películas tienen una banda sonora que las hace aún más grandes (DEP el Sr. Morricone) y todas nuestras grandes historias también suelen ir ligadas a una. Esta que os quiero contar hoy, también la tiene, y comienza así:

Hace tiempo

Que vive en un cuento

Del cual

No quiere salir…

 

              Cuando tenía tres años nuestro pequeño heredero dijo que quería hacer un viaje en autocaravana. Ante una afirmación tal mi madre me hubiese dicho “y yo quería un coronel y él no me quiso a mí” (mi madre siempre utilizaba esta frase, supongo que me ayudó a aprender la diferencia entre lo literal y lo literario). Nosotros dijimos “yaaaaa, claroooo, un viaje en autocaravana. Pues para eso vas a tener que ahorrar”. Desde entonces dinero que le daban o nos sisaba iba a parar al proyecto “viajar en autocaravana”.

 

              Han pasado cinco años desde entonces y viendo que él no cesaba en su ahorro la idea se iba fraguando poco a poco en nuestras cabezas, a veces, su padre y yo nos decíamos “pues va a ser verdad que vamos a viajar en autocaravana”. Jamás lo habríamos imaginado antes de aquella frase premonitoria.

 

              Cuando en diciembre/enero reservamos nuestras vacaciones para este verano, nos planteamos unas vacaciones distintas a todas las que habíamos hecho desde que nació nuestra joya. Sin embargo, el Covid-19 que todo lo transforma ha hecho que pospongamos (no nos devuelven el dinero) un año ese plan y empezásemos a pensar en planes B y C. Plan B: casita/apartamento en la costa asturiana, imposible; plan C, plan C… ya sabéis cuál fue el plan C. Viajar en autocaravana.



 

Rumbo hacia un lugar desconocido

Lejos de un hogar tan aburrido…

 

              Un hogar aburrido. Desde que el colegio se vino a casa, los hogares yo creo que se han vuelto más aburridos. Muchos padres y madres han pensado “qué ganadas tienen las vacaciones los maestros”. Cierto que pocos lo reconocerán, cierto que muchos están deseando que llegue un septiembre presencial (pero sin virus o con este controlado) en el que los maestros y profesores hagan imperar el silencio y el trabajo.


La primera noche la hicimos en un camping para mí era importante conocer el espacio.


 

Date prisa, envuélvete en la brisa

Y olvida tu mal humor…

 

              Lo cierto es que como os decía más arriba la idea se iba fraguando en nosotros y el 8 de marzo estuvimos en el Salón del Camping de Avilés, así que comenzábamos a dar nuestros primeros pasos en esa locura, por eso no nos pareció un plan C nada descartable. A mediados de julio aproximadamente comencé a mandar whatsapp a todas las empresas asturianas que se dedicaban al negocio, comenzando por aquellas que habíamos visitado en la Feria o Salón.

 

“Del ayer ya no queda nada

Mas me divierte tal y como soy”…

 

              Nuestra suerte llegó al tropezar en internet con Autocaravanas Asturias. Tenían libre una semana una de sus autocaravanas y encajaba con nuestras fechas… ¡Allá vamos! Las dudas, por supuesto, empezaron a precipitarse. Especialmente la que más me rondaba era qué pasaba si la autocaravana sufría un accidente, ¿nos quedamos sin vacaciones? Evidentemente, nos devolvían nuestro dinero (antes intentarían encontrarnos otra) pero nuestras vacaciones se verían frustradas, así que no consideré como real el viaje hasta que el mismo lunes nos subimos a ella.  Soy como soy.

 

“Ha comenzado a subir el telón…

No tengas miedo, solo precaución…”

 

              Algunos estaréis pensando: ¿se necesita un carnet especial?, ¿se conducirá bien?, ¿mismas limitaciones de velocidad?, ¿se puede ir durmiendo?, por cierto, ¿dónde dormir? O en lo que seguro más pensáis ¿aguas grises?, ¿aguas negras? Claro que yo también pensaba en todo eso, mi cabeza nunca deja de centrifugar, se estropeó un día en ese botón y ahí lo tengo siempre dando vueltas y vueltas a toda velocidad.

 

“Siempre enganchado no querrás salir…”

 

              Por supuesto, otra cuestión que me preocupaba mucho era la ruta. Se ha repetido tanto este verano que ha sido una de las opciones más demandadas que me imaginaba llegando a los sitios y no teniendo dónde dormir; soñaba con la Guardia Civil golpeando nuestra puerta a las tres de la madrugada para decirnos que ahí no se podía pernoctar; campings abarrotados; carreteras en las que no se podía dar la vuelta… centrifugado continuo, ya os digo.

 

“Tanta tanta tanta locura y

Siempre pensando en ti…”

 

              Dada la pandemia teníamos claro que el destino era la costa asturiana y pues había brote en la Mariña lucense tiraríamos para el Oriente. También barajamos la climatología asturiana, entonces fue cuando pensamos que se trataba de un viaje que no requería de tanta planificación previa, seríamos más libres que nunca, solo los brotes de la Covid-19 y el clima determinarían nuestro ir y venir. Iríamos sin prisas, sin metas, sin destinos… de eso tenía que tratarse ir en autocaravana.



 

“El destino crece en cada rincón”…

 

              Para mis tres mil dudas, tuve antes y durante el viaje a Cecilia de Autocaravanas Asturias pendiente de mis mensajes ya fueran estos de mañanas, tardes o noches. Me surgía una incertidumbre y ella siempre estaba al otro lado para aconsejarnos “¿tendré frío? ¿Pasaré calor?”. Todo, todo, todo se lo preguntaba y siempre respondía amablemente. Fue una grandísima ayuda para que esta experiencia se convirtiese en inolvidable. Experiencia que repetiremos, dormir a los pies de una playa sin haber tenido que reservar con antelación es un lujo que en autocaravana está al alcance.

 

“Brindaré por ti

Recordando cómo

Y dónde fui”…


 

              Lo cierto es que todo salió a pedir de boca. Siempre dormimos donde quisimos, no nos paró la Guardia Civil para nada; no tuvimos ningún problema en carretera; respetamos la norma que pusimos “semana sin pantallas”; lo de las aguas grises nos pareció de risa y lo de las negras, muchísimo más fácil de lo que imaginábamos; nos habían recomendado que la primera experiencia la hiciéramos en una autocaravana grande, por suerte, así lo hicimos, así que no nos resultó pequeña -si bien es verdad que más de seis metros de vehículo tiene limitaciones en algunos espacios-; que los “autocaravanistas” son una tribu, una tribu nómada que se saluda en carretera; aprendimos a no malgastar papel higiénico ni agua; también que los atascos en las autopistas se libran metiéndose en la primera salida y durmiendo donde no imaginas; y lo más importante que hay una aplicación buenísima que convierte el viaje en autocaravana en un dulce paseo… Por cierto, importante, aprendimos que mientras te desplazas es un vehículo, cuando estacionas es tu casa… sabido eso, se sabe prácticamente todo lo que hay que saber.

 

“Es natural, en ella es natural”…

 

              Aproveché el viaje para leer un libro que llevaba mucho tiempo en mi lista de pendientes: La inutilidad de lo útil de Nuccio Ordine. Una obra que aprovecho para recomendar. Sus artículos nos ponen los pies en la tierra.  El peque se puso las botas  a leer porque al tener una mesa donde apoyar el libro, los trayectos eran para él paseos de lectura. Por supuesto, como ya os habréis dado cuenta también para escuchar y cantar muchos de los temas de “De la piel del diablo" de Tino Casal. 

"Embrujada 
vive encadenada
a un viejo televisor".


1 comentario:

  1. Una descripción excelente! Quien no tendrá ganas de probar la experiencia ��
    Muchas gracias por lo que nos toca.. Sin duda fueron unos huéspedes de lujo ��

    ResponderEliminar