sábado, 29 de agosto de 2020

Hunter Games... mi juego de este verano.

(Me lo enviaron por correo, yo tuve que fotocopiarlo porque leer por ordenador no es de mi agrado).



Mi hijo siempre me pregunta "si no fueras profesora, ¿qué te habría gustado ser?" Yo siempre le respondo que profesora porque nunca pensé en ser otra cosa. De pequeña pasaba el tiempo en mi habitación con mi pizarra y mis muñecas. Anda que no aprendieron aquellas muñecas, de las más listas del país... Como mi respuesta le enfada, lógicamente pues no responde a su interrogación, le digo que me habría gustado ser librera (moverme entre libros, recomendarlos, vivir entre el olor constante de libros nuevos sería un placer). "¿Otra, otra?" (Los niños siempre quieren más). Una floristería. Al final, todo se reduce a lo mismo: belleza.

 

En ningún momento, pese a vivir entre libros, me he planteado ser editora ni agente literaria. Nunca. ¿Por qué? No lo sé, no me lo he planteado. Este final de curso ha sido extraño, de eso somos todos conscientes. El alumnado, ya se sabe, para unos ha trabajado, para otros, no, cada uno cuenta la feria como le va en ella. A mí me han puesto deberes (se ve que necesito mejorar). Me han pedido que me lea la obra de más de doscientos folios que uno o una de ellas ha escrito. Son deberes-juego. Debo leer la novela y averiguar quién de cinco exalumnos la escribió. Yo les he dicho que no es a mí a quién debían enviarla si no a una editorial. No. Ellos querían que yo la leyese. Y yo que nunca quise ser editora ni agente literaria, pero sí muy mandada, me la he leído.

 

Cinematográfica donde las haya, plagada de diálogos; de flash-back que recogen muy bien con la tipografía cursiva; personajes descritos a través de sus acciones... Con variedad de narradores. Personajes que tienen pasado, presente y algunos, no muchos, futuro (así que promete que si hay nuevo confinamiento-porque lo escribió en ese período- es posible que haya segunda parte). Ironía que le da ese ácido humor del que algunos gastamos. Sexo, homosexualidad y tensión emocional entre distintas parejas. Supongo que no falta ninguno de los ingredientes que todo adolescente necesita en su vida.

 

Incluso un personaje, Adelia García Lobo, Deli, ¿os suena? Una mujer de cincuenta y cinco años (😕), que cree que tiene veinte, que morirá pronto en estos nuevos "Juegos del Hambre", no solo por su estado físico, lamentable, del que se habla; si no, más bien, por su inocencia e ingenuidad. Por confiar en los demás, por creer que todo el mundo es bueno.




 

La he leído como mujer, no como profe. No he cogido el boli rojo para ir marcando los "delante suyo" que tanto me chirrían ni rodeando con un círculo las faltas de ortografía -que tampoco hay tantas-, supongo que eso habría de hacerlo su agente literaria. Como profe, por deformación profesional, hay algunas cosillas que me gustaría enseñar, pero como lectora, y no siendo este mi género, me reído con algunos personajes y no me he escandalizado a pesar de mis veinte años de esas escenas de sexo violento como pensaban que podría pasar.

 

Después de estos días leyendo la obra, solo espero que cuando me hagan la prueba de lectura hayan estrenado ya la película porque con tanto nombre coreano me pierdo y con tanto personaje me hago un lío de quién muere a manos de quién. Eso sí, me quedo con la alegría de saber que durante el confinamiento a algunos adolescentes les ha dado para algo bueno.

 

Brindo por el Cine y la Literatura con una buena Música de fondo en Libertad y en confinamiento.

1 comentario:

  1. Con esa edad, seguro que se trata de otra Adelia García Lobo.
    Imagino que estarás muy contenta y orgullosa de esos alumnos. Mira, el que siembra recoge.

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