domingo, 11 de junio de 2023

PONGA UN REFRÁN EN SU VIDA



Soy de natural refranero por aquello de que en mi familia se usan mucho. Los usaba mi abuelo, los usan mis padres, y, especialmente, mi madrina que en esto siempre la comparo con Sancho Panza, esto es, para cada ocasión tiene un refrán. En general, me gusta la Literatura Folclórica y Popular, me divierten algunas expresiones, aprendo con otras, pero siempre me conectan con mi yo familiar. Cuando entro al instituto, digo "Buenos días" y mi querida Elena me responde "buenos palos merecías, en tus costillas y no en las mías", sonrío, porque me retrotrae a la infancia, y ya se sabe que nada hay mejor para la vida que una infancia feliz. 

A pesar de todo esto no es porque a mí me gusten que torture a mi joven alumnado con la obligación de empezar cada clase con un refrán. No. Mi motivo es otro, la idea surgió de otra manera, ajena totalmente a mí y a mi familia. Especialmente en segundo de bachillerato hacemos muchos "comentarios" de texto, muchas lecturas de textos de la prensa. A mí me sorprendía y frustraba a partes iguales que el alumnado, una parte, llegara a segundo de bachillerato sin entender que hay un significado literal y un significado literario, que una cosa es lo que decimos y otra, muy distinta, lo que queremos decir. Me rechinaba que no fueran capaces de extrapolar ese ejemplo de Mafalda en el que cuando está diciendo "Qué bien que hoy cenemos ropa", esté diciéndonos otra cosa. No veían, o no ven, dobles intenciones. 

Supongo que a muchos profesores de lengua nos ha pasado alguna vez que leemos un texto en clase, con ellos, y cuando decimos lo que nosotros leemos en el texto, ellos nos miran, algunos, con ojos saltones, y preguntan "pero, ¿dónde dice eso?" Y vuelta a empezar con los dobles significados, con los significados figurados. Por esta razón, hace ya muchos cursos, quizá allá por 2006 ó 2007 ideé empezar las clases cada día con un refrán. De primero a cuarto de la ESO, en Bachillerato nunca lo he probado. ¿Cuál es el diseño para el inicio de una clase?

1. Un alumno/a escribe en el encerado la fecha del día. Fecha larga, como ellos dicen, no me gustan los "miercoles", y todas las semanas tienen miércoles así que es una manera de insistir con esa tilde. Debajo de la fecha, y entrecomillado, deben escribir un refrán.

2. Leen la fecha y el refrán para sus compañeros y compañeras.

3. Explican el significado de ese refrán.

4. Dónde lo han encontrado.

5. Contextualizar en qué ocasión lo emplearían ellos.

Hasta que este paso no se produce, no ha empezado oficialmente la clase. A partir de aquí, yo retomo mi papel de dirección/coordinación en el aula. 

¿Qué aspiro a conseguir con ello? Primeramente, que tengan la responsabilidad de preparar el inicio de una clase. Buscar esa información. Yo siempre les sugiero que pregunten en casa, a sus familias; pero, es cierto,  no todas las familias, por distintos motivos, conocen refranes. Si esto es así, siempre está la búsqueda de información, la documentación, la investigación. E, incluso, por qué no, el compañerismo. Muchas veces ellos "protestan" porque ese refrán ya se ha puesto, porque lo conoce todo el mundo, porque ven la falta de trabajo y responsabilidad de sus compañeros; incluso de aquí se aprenden lecciones.

En un segundo momento, y no menos importante, las miniexposiciones orales a las que el alumnado tiene que enfrentarse. A muchos alumnos y alumnas les cuesta mucho hablar en público, con el refrán lo hacen con cierta regularidad, ven cómo lo hacen sus compañeros, no es un gran esfuerzo y sí un buen primer paso o una buena práctica continuada para ir ganando confianza. Al menos, así lo veo yo y así lo demuestra la experiencia de todos estos cursos practicando. 

PD. Sí es cierto, en ocasiones, los alumnos en vez de refranes, empiezan el día con frases hechas. No nos rasgamos las vestiduras. Explicamos las diferencias y aprendemos algo más. 

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