Regalo de una alumna de E4D, curso 24-25.
"Te regalo un texto" es una actividad que plantea el libro de Lengua y Literatura de 4º ESO de la Editorial Anaya y que yo he adoptado y adaptado como puedes hacer tú si te interesa esto que te estoy contando. No hace falta que seas profesor de Lengua, no hace falta que seas profesor de nada. Puedes hacerlo en un AMIGO INVISIBLE. Un regalo navideño como otro cualquiera, de hecho así te ahorras la rúbrica de corrección, que no está nada mal el ahorro. Mejor que un día negro cualquiera, o lunes informático, o como quieras llamarlo. También sería un bonito regalo para el Día de San Valentín, Día del Padre, Día de la Madre... en fin, regalar es una de esas acciones que hay que hacer a menudo y esta tiene el coste que tú le quieras dar.
La actividad planteada en las primeras unidades del manual sugiere que busques un texto para regalar a una persona. Yo lo centré, la persona destinataria debía ser yo. ¿Egocentrismo? Tal vez. Lo cierto es que si yo iba a tener que poner una calificación qué mejor que el regalo fuese pensado para mí. Tenían libertad para el envoltorio. Cada uno podía darle el formato que quisiera. Digital o analógica. Entrega en mano o por teams.
Más de uno confundió regalar un texto con recomendar un libro. No se trata de eso, no, qué va. Recomendamos muchos, muchos libros. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Un libro es un texto, quién lo va a poner en duda, pero no era el objetivo de este ejercicio. Las recomendaciones de libros, insisto, las hacemos muy a menudo en muchos ámbitos. Pero, ¿cuándo nos regalamos un texto?
Sería seguramente en el curso 2016-2017. Yo trabajaba con una reducción de jornada. Lo que significaba que sólo tenía la mitad de los grupos, la mitad de los alumnos/as. Eso lo nota mucho un profesor. No son lo mismo cincuenta alumnos que cien. Supongo que esa fue una de las razones por las que un 21 de marzo, Día Internacional de la Poesía, regalé a cada uno de mis alumnos y alumnas de 1º de la ESO, un poema.
Imprimí los cincuenta poemas en folios de variados colores. Los enrollé, uno a uno. Los até con un lacito. Forré una caja de cartón con un papel bonito y los coloqué en ella. Sabía qué poema era para cada uno de mis alumnos. Los había pensado con tiempo. Los había elegido con ganas. Porque la verdadera razón de por qué hacía aquel regalo era porque se lo merecían, porque se lo habían ganado. Se habían ganado un regalo, y qué regalo puede hacer una profesora de lengua como yo: un texto.
Yo aún recuerdo las caras, me vieron entrar con aquella caja, eran folios de colores, pero sonrieron, se impacientaron, querían saber qué podían esconder aquellos papeles de colores. Doy fe que algunas alumnas y algunas familias aún recuerdan ese regalo; guardan la foto con su texto. Creo que ha sido una de las actividades más bonitas que he realizado, porque a casi todos nos gusta que nos regalen y a muchos nos gusta que nos sorprendan y sorprender. Sin duda, fue un gran homenaje para un Día de la Poesía, aquel día todos leyeron Poesía con ganas. Era un poema que decía algo de ellos.
Supongo que en mi fuero interno cuando vi la actividad que propuse en los inicios de este curso en el libro de texto, recordé la actividad que yo había realizado aquel 21 de marzo. Una actividad que no he vuelto a repetir, y no porque no se la merezcan si no porque cien poemas o más para cien alumnos o más, y que sea capaz de asociar cada poema a su alumno correspondiente y no me equivoque en el momento de la entrega, me da miedo. O quizá me falte tiempo entre informe e informe. Quizá deberíamos tener más tiempo para crear para nuestros alumnos, quizá deberíamos tener menos alumnos para que tuvieran una enseñanza de más calidad. Solo quizá.
La cuestión es que ellos me han regalado sus textos. (Los que tienen pendiente la materia de 3º ESO tenían la restricción de que tendrían que regalarme un texto escrito en lengua castellana de un período que abarcaba desde la Edad Media hasta el Barroco; el resto, libertad total para elegir su texto). Yo he evaluado esos textos con una rúbrica. Su ejercicio consistía en elegir un texto, presentarlo; y, después, argumentar el porqué de su elección, ¿por qué habían elegido ese texto concretamente para mí?
En sus argumentaciones ha ocurrido lo que ocurre muchas veces cuando regalamos. Están los que regalan porque a ellos les ha gustado. También aquellos que regalan pensando más en quién lo va a recibir que en quien lo entrega. Así somos los seres humanos. Cada uno entiende "regalar" de una manera. ¿Eres de los que regalas pensando en ti o pensando en a quién se lo vas a regalar?
Confieso que el resultado de la actividad me ha gustado mucho. Ha habido algunos textos que me han encantado y algunas reflexiones que me han dejado boquiabierta, pensativa... pero sobre todo en algunos de esos textos he visto cómo me perciben y me ha resultado muy interesante constatar que mi insistencia en la ESCUCHA ACTIVA ha calado en algunos de mis alumnos, que me ven como una persona dispuesta siempre a escuchar aún a sabiendas de que algunas cosas no me va a gustar oírlas. Me he sentido halagada.
Luego, está el trabajo de dos alumnas que ya fueron alumnas mías el curso pasado; compañeras entre ellas, amigas. Digo esto porque imagino que para hacer el trabajo, aunque este curso estén en distintos grupos, hablaron de ello y llegaron a una cercana conclusión como puede verse por las fotos que he elegido para este artículo (podría haber elegido esos textos que hablan de mí tan certeramente pero los reservo para mi intimidad).
El caso es que el curso pasado yo les llevé un bizcocho de chocolate hecho por mí a clase. Les encantó (llevé mandarinas a un alumno celíaco, conste en acta, porque hay que tener en cuenta muchas casuísticas). Me pidieron la receta. Alabaron mis dotes de cocinera, barajé dejar la enseñanza por la cocina a juzgar por su respuesta ante el bizcocho, no siento el mismo entusiasmo en las clases ordinarias, todo hay que decirlo.
El caso es que ellas valorando aquel bizcocho, valorando la actividad de "Recetas creativas" -actividad que disfrutaron mucho haciendo, de las mejor valoradas del curso pasado- presentaron sendos textos de recetas. Una lo presentó analógicamente como puede verse en la imagen superior; la otra, digitalmente, aunque el texto tenía forma de Lobo, y ¿sabéis por qué? Porque yo siempre he dicho en mis clases, y mantengo aquí, que de todos los cuentos que he leído jamás mi favorito es CAPERUCITA ROJA, una niña atrevida, valiente, empática, divertida, soñadora, luchadora y no una princesa que se casa con un príncipe.
¿Qué texto me regalarías tú? Ojalá te atrevieses a regalarme un texto (no un libro, un texto).
PD. Este verano participé en un regalo colectivo (¡qué ilusión me hizo!). Una de mis alumnas se independizaba y sus padres decidieron regalarle un libro de recetas hecho por sus personas queridas. Tuve la fortuna de ser elegida para participar en tan bonito y original regalo (he prometido copiarles la idea). Recordando nuestro Charlie y la fábrica de chocolate y nuestro "Proyecto Chuches Creativas"; y, sumando el éxito de mi bizcocho de chocolate del pasado curso, no podía sino regalarle la receta del BIZCOCHO DE CHOCOLATE versión Deli.
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