domingo, 3 de junio de 2018

TÓCALA, ANA... OTRA DE ÁLBUMES


Ahora que el método Montesori está cada vez más en auge, yo quiero recordar a la Institución Libre de Enseñanza quienes allá a finales del XIX convinieron en darle un vuelco a la educación. Grandes escritores y pensadores (y más mentes ilustres) se formaron y formaron al compás de esta línea de enseñanza, siendo para ellos un principio sacar al alumnado del aula y llevarlo al centro de la información, "in situ". Yo esto lo practico todo lo que puedo, siempre que la ocasión la pintan calva. A veces, incluso, si Mahoma no va a la montaña, ya se sabe, la montaña va a Mahoma.
Esto es lo que he hecho esta semana. Llevarme a la librera al instituto. ¿Quién mejor para hablar de libros que alguien que vive entre ellos? Tuve la suerte de contar con Ana Fran de "Cosas en Familia" para invitar a sentir la lectura.
Soy de las que piensa que el que siembra, recoge; sólo se necesita que el tiempo acompañe (entiéndase: otras circunstancias ajenas a la semilla) para que el fruto esté exquisito. Así que, esta fue la siembra de la semana.
¿Qué hizo la librera y amiga Ana Fran? Hablar de mi tema favorito: los álbumes ilustrados. Por supuesto, no se puede hablar de los álbumes sin leerlos.
Comenzó la sesión con Caperuza de Martín Vidal que tras señalar que álbum no es cómic, ni manga, ni novela gráfica... sirvió para mostrar qué es un álbum sin palabras y cómo comunican las imágenes.
A continuación siguió con Enigmas de la misma autora, que nos hizo reflexionar cómo los grandes cuentos clásicos pueden sugestionar muchas preguntas inconclusas en nuestras cabecitas. Hacernos así que siempre hay más de una lectura, incluso en los clásicos donde parece que ya está todo dicho.
El plato fuerte, estrella, era un álbum de reciente aparición en el mercado: Ratoncita y el muro rojo. A priori las imágenes nos llevan a pensar que es un libro infantil (y puede serlo) pero los alumnos y alumnas de 1º de la ESO no lo han rechazado. Lo han escuchado, se han dejado envolver por sus palabras y engatusar por sus coloridas, a veces, imágenes.
Han comprendido el mensaje rápidamente: los muros que nos ponemos a nosotros mismos. Unos tenemos miedo; otros nos sentimos demasiado mayores, cansados, para intentarlo; algunos somos conformistas; otra parte hemos perdido nuestra identidad... pero también hay quien es curioso, quien tiene sed de conocimiento, de vivir nuevas emociones...
Ana Fran se adentró en esto, quién actuaría cómo la ratoncita, cómo el viejo ojo, tal vez cómo el zorro... hubo quien quiso identificarse con el pájaro, tal vez, aún sin tenerlo analizado, porque desde que aparece en el cuento es el más libre, y el más sabio también. A fin de cuentas la libertad es, fue y será un gran esperado tesoro. "Cuando nos enfrentamos a nuestros miedos descubrimos la libertad".
Todavía quiso la librera hacerles dos regalos más a estos ávidos lectores. Conoce muy bien esta mujer la edad de este público y la temática que puede atraerles (mucho más en primavera), así que les hizo un guiño con Yo voy conmigo.
¡Ay, Martín, que no me mira! ¿Qué puedo hacer para que lo haga? Pues ser otra, irme despojando de mis pétalos y convertirme en otra flor. Afortunadamente, la protagonista se da cuenta de que no es ella y se rechaza aunque Martín sí que la haya mirado siendo otra.
No les ha pasado nunca, a estos jóvenes, no les ha pasado... pero sí que conocen personas que viven esta historia tal cual. Ojalá sea fácil que llegado el caso vean la viga en el ojo propio.
Y remató nuestra especialista con La gran fábrica de las palabras, ¿se podría vivir en un mundo sin palabras? Claro que sí, pero no podríamos expresar al 100% nuestras emociones y sentimientos. Podemos divertirnos haciendo gestos pero eso dura un rato... las palabras, como los gestos, las imágenes, los colores, las miradas... forman parte de nuestra comunicación, sin ellas ¿cómo explicarnos? Ni ¿cómo vivir sin ellas? (más información del libro en http://www.clubpequeslectores.com/2016/06/cuento-gran-fabrica-palabras.html).

Gracias, Ana, por ayudarme a sembrar. Ojalá ahora una buena luz y un esplendoroso sol junto a un buen regadío nos acompañe.



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