domingo, 4 de febrero de 2018

LOS PAPÁS TAMBIÉN SIENTEN MIEDO

Benjamin CHAUD, Edelvives, 2015 (2ª edición)

          La canción del oso empieza en la portadilla donde vemos ¿dormir?, en una pequeña ilustración, a Papá Oso y al Osito, protagonistas de esta historia. (La tipografía del título de la obra rompe con toda la tipografía posterior). A partir de aquí ya entramos en doce ilustraciones detallistas y minimalistas para perderse y recrearse hasta llegar a la contraportada donde de nuevo, circularmente, encontramos a los dos plácidamente dormidos en otra pequeña imagen que guarda ligeras concomitancias con la de la portadilla. Es en la contraportada donde se nos anuncia que estamos ante un "álbum de observación, con grandes ilustraciones repletas de detalles y falsas pistas. ¡Busca al osito!".


           La primera ilustración -ver arriba-, una panorámica del bosque, tranquilidad; hasta que el Osito oye una abeja y ya se sabe "quien dice abeja, dice miel"... toma la iniciativa y se aleja de papá. Primer momento para pararnos y analizar la acción: "¿cómo se sentirá papá?", si lo que queremos es trabajar la inteligencia emocional es un buen momento para ponernos en el lugar del otro. 

           En la segunda, zoom en el bosque, vemos la desesperación y el miedo en las caras de animales y leñadores. (Adultos, leamos, "La tristeza y la furia" de Jorge Bucay en Cuentos para pensar).

            Luego entramos en París, una bulliciosa calle parisina y en esa ilustración podríamos construir miles de historias: ¿qué hace un elefante en un tercer piso?, por ejemplo; pero otras más realistas, declaraciones amorosas, amigos paseando, en un café...

            Poco a poco llegamos a la Ópera y al clímax que nos permite seguir trabajando algún que otro aspecto, ¿podemos saber qué esperan de nosotros los demás?

            Después de tanto barullo, volvemos a la calma, papá e hijo juntos. 

          Las ilustraciones hablan; y las palabras, sencillas, con toques humorísticos y metáforas, nos despierta las sonrisas ante un tema que nos asusta: que nuestro hijo pueda perderse.

             Un último apunte de investigación, parece que es cierto que en el tejado de la Ópera parisina hubo colmenas no hace mucho y la miel se vendía en tarros en la tienda de la Ópera.


Benjamin CHAUD, Edelvives, 2014.

             Lo cierto es que nosotros comenzamos por esta obra (Osito y un rayo de sol), nos gustó tanto que nos dejamos llevar hasta la anterior (La canción del oso). Nos dimos cuenta enseguida de que a pesar de que son dos historias que pueden leerse independientemente, la segunda es continuación de la primera. ¡Este Osito no aprende, otra vez se escapa!

             También en este volumen la portadilla da el inicio de la historia, así como la contraportada la cierra. En este caso, la dos acciones narradas en estas pequeñas ilustraciones son antitéticas en el espacio, distintas partes del mundo; en la temperatura, frío/calor; y, en la propia acción despertando/durmiendo.

            Con este segundo volumen podemos trabajar los medios de comunicación, vivir en un crucero, bucear, divertirnos en una playa abarrotada y disfrutar de un bonito verano en otra parte del mundo mientras aquí estamos en un fin de semana invernal. Cuando unos viven unas estresadas navidades, en otra parte del mundo... todo es felicidad (o no, depende hacia donde nos lleve el rumbo): el mundo es ancho. Por aquí podemos seguir avanzando camino, por ejemplo, con:


       Para finalizar, solo dos apuntes muy personales, con la traducción de la letra de la canción: "Un rayo de sol, oh, oh, oh..." los nostálgicos podemos volver al grupo musical "Parchís" de nuestra infancia, o la juventud de los abuelos con "Los Diablos". Y, el segundo, mirad que ilustración para recrearse en las bambalinas del teatro... qué curiosidad despierta pensar siempre qué hay detrás.



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