sábado, 31 de diciembre de 2022
MI PECULIAR SAN SILVESTRE
sábado, 24 de diciembre de 2022
Felices Fiestas
viernes, 9 de diciembre de 2022
Totalmente de acuerdo
lunes, 21 de noviembre de 2022
¿Un monstruo nace o se hace? El acoso
¿Un monstruo nace o se hace? Por lo
que he leído y lo que he vivido: un monstruo lo hacemos entre todos. Cuando el
doctor Víctor Frankenstein crea su ser, éste despierta miedo solo por su
presencia, su tamaño, su forma… nadie se permite conocerlo, asusta, su aspecto
les resulta monstruoso. Este ser no es un monstruo, solo se portará con
crueldad cuando le ruega a su creador que le haga otro ser como él con quien
compartir su amor. El doctor se niega, sus razones éticas tiene (siempre se
tienen razones para todo), y el ser se convierte en un monstruo: le falta amor,
le falta comprensión.
Ahora no, Bernardo, álbum ilustrado de David Mckee,
también nos enseña que al monstruo lo creamos quienes lo rodeamos, pues nunca
tenemos tiempo y amor para dedicarle. Donde viven los monstruos, otro
clásico libro-álbum, de Sendak, viene a contarnos lo mismo.
¿Convierte nuestra incomprensión a
algunos niños y niñas en monstruos? Posiblemente sí. No todos somos iguales,
aunque sí ante la ley. No todos reaccionamos igual, aunque todos respiremos
igual. Hay personas a las que les gusta destacar, y, otras, en cambio,
preferimos ser grises, pasar desapercibidos. A mí mi padre me decía que como en
el ejército, que no destacase ni por arriba ni por abajo. Yo no tuve problema
con eso. No destacaba. Ni podía ni quería. Sin embargo, recuerdo una vez en el
colegio, estaba sentada con mis dos amigas en el patio, durante el recreo, y
otra niña vino, se me plantó delante y me dio un bofetón. Mi único movimiento
fue poner mi mano en la mejilla dolorida. No reaccioné. Fueron mis amigas
quienes denunciaron la agresión ante el tutor. Yo no lo habría hecho. Yo no habría
buscado problemas, quizá con mi actitud los hubiese generado. Quizá entonces
ella decidiera pegarme todos los días. ¿Qué motivó que esa niña me pegase? Ni
lo supe entonces, ni lo sabré nunca.
¿Por qué a veces despertamos malestar
en los otros? No tengo respuesta. Algunos dicen envidia. ¿Envidia de qué? Me
pregunto yo. ¿Rabia contenida? ¿Diversión? Los motivos que llevan a unos niños o
niñas a agredir física o verbalmente a otro como los caminos del Señor son inescrutables.
O no. Igual se trata
de observar, de buscar razones, de buscar respuestas, de intentar no pasar palabra,
de implicarse, de querer una sociedad mejor y pelear por ella.
Como docente sé que a un niño, niña
le pegan y automáticamente penalizamos al que agrede, al que insulta. Como
docente y como tutora sé que defendemos a nuestros tutorandos, lo consideramos
parte de un buen ejercicio de nuestro deber de tutores. Sin embargo, como
docente con muchos años de experiencia, sé que todos los alumnos de nuestro
centro de trabajo son nuestros alumnos y alumnas. Ha sido el azar,
prácticamente, el que ha puesto a unos discentes y no a otros en nuestra
tutoría. A veces, un buen abogado logra que no se imponga pena a un mal
ciudadano.
Cuando a un niño le vacilan
continuamente; le toman el pelo; le dicen “eres un árbitro de mierda”; le
responden “jamás te votaré”; le hacen el vacío… ese niño o niña se va minando,
se va haciendo cada vez más pequeñito. Lo que un niño busca es aprobación y cariño; busca
ser un ídolo; busca ser uno más, desea pertenecer al grupo, no sentirse fuera… Mi
hijo con tres años, aún lo mantiene, nos dijo que necesitaba estar con gente de
su edad. Eso es lo que les ocurre a todos, aunque algunos no lo manifiesten.
Los mayores dicen “los niños necesitan niños”. ¿Qué ocurre cuando los demás
niños te rechazan? ¿Qué ocurre cuando de tus debilidades, de tu personalidad
hacen ellos su diversión?
Los padres pueden dedicar mucho
tiempo y dinero en que el niño mejore el control de sus emociones; PERO, no
puede remar solo. Un niño no puede remar solo. No podemos obligar a nadie a
querer a otro, sin embargo, sí creemos que es posible enseñar a los demás que
no es gracioso insultar a alguien; que no es divertido tropezarse con alguien
repetidas veces; que humillarlo no nos convierte en guays; que burlarse nunca
es una opción. Sí podemos educar en que dos no discuten si uno no quiere.
El pequeño Poni de Paco Bezerra nos pone sobre alerta
en eso del “son cosas de niños”; Juul de Maeyer nos recuerda que lo que dicen
nuestros iguales de nosotros mina nuestra autoestima si es negativo (hilo de cobre…)
En
ocasiones los niños rechazaos actúan con violencia y son castigados, sermoneados,
pero no nos hemos parado a pensar ¿por qué se producen esas faltas de
autocontrol? ¿Cuándo se producen? ¿Quizá el vaso de las humillaciones está
lleno? ¿Estará harto? Él debe reflexionar sobre sus acciones, ¿se le pide lo
mismo al resto? ¿No hay a fin de cuentas dos agredidos? ¿No son acciones de
recíprocas? ¿O es el que da el último el que debe ser vapuleado también por
padres y docentes? Cuidado, tengámoslo presente, el que agrede primero -verbal
o físicamente- nunca está solo, siempre tiene un coro de palmeros que darán la
cara por él.
Ojalá
entre todos, padres y docentes, podamos construir un mundo mejor, falta nos
hace. Invito a maestros y profesores a trabajar este tema, quizá estos ejemplos
de lecturas aquí propuestos puedan servirnos para plantear el tema. Los álbumes
ilustrados admiten muchos niveles de lectura. El pequeño Poni y Frankenstein o el moderno Prometeo[1] ya son
libros para niños con mayor competencia lectora, pero su lectura sin una
reflexión posterior, sin un diálogo pedagógico compartido no dará sus frutos. Trabajemos.
viernes, 18 de noviembre de 2022
Perséfone
domingo, 6 de noviembre de 2022
UN ABECEDARIO DENTRO DE ÉL... HOLA
UN AMOR, MALA LETRA, LA FAMILIA... Sara Mesa
martes, 25 de octubre de 2022
Yo que siempre fui de relatos
Atraída quizá por esa ilustración de portada que tantas lecturas me aportaba, y que tanto tiempo me ha detenido mirándola; o tal vez porque era una manera de acercarme a diez voces narrativas españolas algunas de las cuales debo reconocer que aún no conocía (aunque sus nombres me sonasen), adquirí la revista.
Mi valoración: es una joya. No
sólo porque como bien digo arriba puedes acercarte a la escritura de diez
nombres actuales de nuestro panorama literario, sino porque además te adentras
en diez, no, en once ilustradores. Además de esa portada de la increíble Ana
Juan, que requiere su tiempo para ser aprehendida, cada relato viene precedido
por una ilustración a doble página de diez ilustradores distintos. Cada uno con
su técnica, su estilo, su colorido…
No voy a enrollarme más. Si has
leído Los ojos cerrados de Edurne Portela su relato aquí te lo traerá a
la memoria, aunque hay algo en el relato que te sorprenderá, y no te dejará
indiferente, pues se trata de una mirada distinta.
Sin embargo, no es este el relato
que más me ha llegado, el que me ha llegado y me ha calado por encima de los
demás es el de Elia Barceló “Beyond. Más allá” (con una ilustración, por
cierto, que una vez leído el texto entiendes a la perfección, realizada por
Diego Mir). No quiero destripar el relato porque no sería justo para la
publicación en sí, pero me ha causado terror ver lo factible que es que algo, a
priori, irreal pueda estar más cerca de lo que parece. Y lo que más me asusta
de todo, es que a mí posiblemente me arruinaría (aunque para eso no haga falta
mucho, más bien poco). No está lejos, por otro lado, de algo tan antiguo como
la güija. Además de ver cómo podría llevarme rápidamente a la ruina, también
trata otros temas en el relato que no me dejan indiferente. Conste que me
gustan los temas, pero también me engancha la forma de ser contados.
Sin duda fue un acierto comprar
la revista. En ocasiones, los pálpitos son acertados.
Para saber más, os dejo el enlace
a su página:
'Diez
relatos de una década', la nueva revista de elDiario.es
PD. Mentiría si dijera que los
diez relatos me han llegado o cautivado. Tampoco haría honor a la verdad si
pensase que lo que a mí me impactó o me atrajo o me hizo pensar va a ser lo
mismo que va a impactarte a ti, atraerte o hacerte pensar. Ahí lo dejo.
lunes, 17 de octubre de 2022
17 de octubre: día de las escritoras
domingo, 16 de octubre de 2022
HISTORIAS EXTRAORDINARIAS, Y BIEN CONTADAS.
miércoles, 12 de octubre de 2022
La chica del cumpleaños soy yo
ESTE LIBRO ES UN REGALO. ESTE REGALO ES UN ACIERTO.
Este libro me lo han regalado. Quien me lo ha regalado tenía
todo a su favor para acertar con este libro:
PRIMERO. El título, pues soy una de esas personas que
disfruta celebrando sus cumpleaños.
SEGUNDO. Relato breve, porque la vida no da para novelones
eternos (al menos no mi vida).
TERCERO. El libro-objeto. Un libro delicadamente editado,
espléndidamente ilustrado, tapa duda, marcapáginas, buen papel … ah, y para los
de cierta edad, letra grande.
El mundo se divide (y nosotros nos enamoramos, parafraseando
“Casablanca”) entre quienes tienen una ideología u otra; los altos y los bajos…
bla…bla…bla, pero también entre los que no sienten nada especial el día de su
cumpleaños (a los que me cuesta creer, incluido a uno que tengo muy cerca.
Murakami que dice no sentir nada especial el día de su cumpleaños tiene, en
cambio, su especial celebración) y los que creemos que es una injusticia tener
que ir a trabajar el día de nuestro cumpleaños. No porque en el trabajo nadie
lo quiera celebrar con nosotros, sino porque pensamos que el día de nuestro
cumpleaños todo debe girar de otra manera, todo debe de ir a nuestro son y no
al que marcan las rutinas. A mí edad sigo sin resignarme a sentirme molesta por
tener que ir a trabajar el día de mi cumpleaños. Tampoco quiero entrar en clase
celebrándolo porque a fin de cuentas ¿por qué no habríamos de celebrar los de
todos los que componemos ese grupo? Mi raciocinio me dice que no debemos perder
unas veinticinco horas en la vida de estudiante (unas cinco clases de sintaxis,
cinco de morfología, cinco de ortografía, cinco de léxico y cinco de
comprensión textual, más menos y a voz de pronto, callar, callar, si tenemos
que meter la literatura, la Historia de la Literatura, la gramática del texto…)
al curso, puesto que entonces quizá no erradicaríamos las faltas de ortografía
del mundo, o bien, no acabaríamos de discernir correctamente un sujeto léxico o
quién sabe igual lo que es peor igual igual igual si prescindimos de esas horas
de docencia seguiríamos sin saber que “yo” es un pronombre personal tónico. El
caso es que hasta ahora no lo hecho, pero quién sabe, tal vez después de ver
una vez mi cuerpo herido, una vez más reflexionado que lo primero es vivir y
disfrutar de cada momento, quizá decida cuando vuelva que celebraremos todos
los cumpleaños. Si es tu cumpleaños tú decides qué hacemos lingüísticamente.
Cierto. Soy una privilegiada. Yo puedo derivar mi trabajo y hacer de mi
cumpleaños una celebración, pero eso no puede hacerlo cualquier. En fin,
recurriré a lo que dije siempre que me recuerdan lo de los dos meses de
vacaciones “cada año hay oposiciones, oposita”
No estoy
aquí para hablar de lo vapulada que está nuestra profesión. Estoy aquí, en
principio, para hablar de celebrar o no celebrar el cumpleaños. Para mí es
importante, muy importante celebrarlo. ¿A qué se debe? Pues a que seguramente
cuando aún no había cumplido veinte años mi mejor amiga murió. Un tema del que
evito hablar, pues, aunque han pasado ya de esto treinta y dos años, sigue
haciéndome mucho daño. Ella aún no tenía veinte; yo acababa de cumplir los
dieciocho. Éramos más que amigas. Hasta ese momento todos los acontecimientos
de nuestra vida habían transcurrido juntas. Una historia así no se olvida. A
una persona como ella no la puedo olvidar. Ella era de disfrutar, de vivir, de
reír, de bailar, de cantar, y la vida se la llevó sin consuelo, haciéndola
sufrir, haciéndola ver venir el fatal desenlace durante dos dolorosos años.
Ella evitó en todo momento que la tonta de su amiga se diese cuenta y siguió
haciéndome disfrutar como si nada de aquello estuviera sucediendo.
Por esa
lección de vida, porque lo importante no es cuántos se cumplan, si no, cumplir.
Yo celebro todos mis cumpleaños. Hasta que nació mi hijo hacía grandes fiestas
con amigos. Con sorpresas. Más de uno de las recuerda. Mis fiestas de
cumpleaños estaban llenas de detalles para todos mis invitados, porque la
celebración era estar con ellos más que el hecho de los años. Cuando nació mi
heredero, ya tenía dos cumpleaños que celebrar, evidentemente, nací a la vida,
a mi segunda vida con él.
¡Anda!
Pero si yo aquí no vine a hablar de mis cumpleaños, sino del libro, del libro
“La chica del cumpleaños”. A la chica del cumpleaños no le gusta trabajar el
día de su cumpleaños. En su vigésimo cumpleaños las cosas se torcieron y no
tuvo más remedio que asistir a su puesto de trabajo. El cumpleaños, el de ella
y el de todos, para mí, es mágico, su vigésimo cumpleaños fue cuando menos
curioso.
El breve
relato está contado aparentemente como un relato clásico, un relato antiguo,
pero no, hay unos diálogos entre el narrador y la protagonista que dan un aire
moderno y actual a este cuento del siglo XXI, que me recuerdan a Paul Auster y El
cuento de Navidad de Auggie Wren, por ejemplo, cuentos de entonces y de
ahora, cuentos de hadas del tiempo en que vivimos.
En cuanto
a la edición, Tusquets, como siempre, no arriesga. Las ilustraciones en tonos
rojos y rosas nos acercan a esa protagonista veinteañera. Las imágenes que se
confunden, los planos que se mezclan, las líneas definidas son un acierto de
Kat Menschik para este relato. No cuentan la historia por sí misma, pero la
acompañan y realzan esos detalles simbólicos que Murakami dibuja en su relato.
En mi
próximo cumpleaños querría irme a cenar a la habitación 604 de un hotel
cualquiera de un lugar cualquiera y pedir un deseo. No va a ocurrir porque mi
próximo cumpleaños caerá de jueves, porque no cumpliré veinte años y porque
realmente no sabría elegir un único deseo, aunque si me lo preguntan ahora
tengo claro que sería la salud para todas las personas que forman mi círculo y,
por supuesto, para mí.
domingo, 9 de octubre de 2022
Número dos, David Foenkinos
En mi historia personal hay dos formas de leer un libro:
profesionalmente, lo que implica documentarme por aquí y por acullá; y,
personalmente, lo que significa que no leo nada previo, a veces, es cierto, ya
he leído algo previo porque conozco a la autora o al autor, porque es de manual…
Este libro Número dos, lo he leído de la segunda de las maneras, sin
conocimiento previo. Foenkinos me sonaba pero lo cierto cierto es que no lo
asociaba a nada en concreto. ¿Por qué lo elegí entonces?
Francamente por la portada. Mi heredero tiene cierto parecido
con Harry Potter, (sí, con Harry Potter, porque después de leído este libro
tampoco acierto a recordar con seguridad el nombre del actor que hay bajo el
personaje de Harry Potter, David, Daniel) y verlo en aquel escaparate me obligó
a llevármelo a casa, a recogerlo de allí.
Buscaba sin buscar (porque en la estantería me esperan un montón
de lecturas por hacer) algo que me viniera bien en esta circunstancia que me
toca vivir, algo que me entretuviera sin hacerme pensar demasiado, algo que me
divirtiese sin hacer reír -porque sabía que reír me haría
sufrir/llorar/padecer-. Así que a la idea de ver a mi Heredero en aquella
portada, en aquel escaparate se unieron las frases de las solapas, especialmente
una, “Un relato vivo, mordaz y divertido”.
Relato vivo es. Avanza, las fragmentaciones no son extensas,
todo sucede rápido, sin divagaciones, pero lo cierto es que no tengo la
sensación de que sucedan muchas cosas, o sí, pero no son temas distintos a los
que se pueden encontrar en cualquier recetario para hacer algo comercial.
Mordaz, sin duda. Pero, ¿divertido? ¿Divertido en qué sentido? ¿En qué sentido
puede ser divertido ver a una persona sumirse en la soledad? ¿Ver morir a un
padre? ¿Sufrir el acoso de un padrastro y su hijo? ¿Qué puede haber de
divertido en no encontrar reposo? ¿Llegar al éxtasis para caer al vacío sin
red?
Ciertamente al haberme quedado con la palabra “divertido” de
esa solapa me ha decepcionado y mucho. Luego, reflexiono y pienso en aquello de
que no hay libro malo, que a todo libro se le puede encontrar algo. Desconozco si
hay una base de realidad en toda esta historia, si este tal Martin vivió algo
parecido a lo que se cuenta aquí, si su vida fue como se relata en la novela.
Si es ficción, mis felicitaciones al autor por haberse planteado cómo se siente
el segundo. Quizá apoyado en la idea de los deportistas de que la plata nunca
es la medalla deseada sino la detestada porque te recuerda que no fuiste el
primero, (te recuerda siempre que perdiste aquel partido, aquel encuentro),
cree toda esta historia de soledad, de autorechazo.
De bueno, claro, todas las referencias a la cultura, al cine,
a la música, al arte, e implícitamente a la literatura, porque la lectura de la
obra a mí me ha robado unas horas al tedio del reposo. Hay frases que debí,
seguramente, haber subrayado, pero cuando una lee por placer no suele tener un
lápiz a mano, (o sí y esa una no soy yo).
De todo el libro me quedo, sin duda, con que me ha dejado reflexionando
sobre el hecho de ser el número dos, el número no elegido, el número rechazado,
el que se ha quedado por poco a las puertas de lo que siente sería su deseo,
como otros números dos mencionados en la obra, porque la vida está llena de
personas que son el número dos, quizá todos seamos en algún momento el número
dos. Me voy a quedar pensando en ello. Si un libro me hace pensar más tiempo
del que me lleva leerlo, ha merecido la pena. Ver veremos, pues.
Volver. La frase del mes
domingo, 25 de septiembre de 2022
UN, DOS, TRES... COMENZAMOS. PRUEBAS INICIALES
¿Hay que hacer pruebas iniciales? ¿Cómo han de ser esas
pruebas iniciales? Yo personalmente pienso que hay que hacerlas, hay que conocer
el terreno en el que nos movemos y hay que marcar las pautas de lo que crees
has de ser el curso que se avecina. ¿Cómo han de ser esas pruebas? Esas pruebas
han de adaptarse al nivel, a la materia y al profesor, porque, a fin de
cuentas, “cada maestrillo tiene su librillo”.
Este curso
tengo tres niveles. ¿He hecho las mismas pruebas iniciales? No, ni siquiera he
acabado de hacer las pruebas iniciales. El curso acaba de empezar, y en una
materia como Lengua Castellana y Literatura hay muchos aspectos que valorar, no
se trata sólo de ver la ortografía y/o la gramática. En esta materia tenemos
cuatro destrezas lingüísticas con las que trabajar: leer y escribir, hablar y
escuchar.
En 2º de
Bachillerato, el tiempo del curso es menor y la materia densa, así que hay que
hacer de las pruebas iniciales una manera de avanzar. Cierto, llegué y les puse
sobre la mesa una prueba inicial de esas escritas que tanto recuerdan a los
exámenes, a fin de cuentas, no deja de ser un examen. Esas que dejan de ver que
la gramática se olvida según se estudia; que el verano borra lo que es un
sustantivo y la arena de la playa se traga las conjugaciones verbales. Esa
también que deja ver quién ha avanzado ya en las lecturas del curso, quién recuerda
la literatura que se dio en cuarto de la ESO, quién sabe cómo presenta una
prueba… Esta semana comenzaremos a leer y, con ello, podremos saber qué tal esa
destreza.
En la ESO,
para mí es otra historia. En la ESO no veo la necesidad de pasar un modelo tipo
examen para hacer una prueba inicial. En la ESO prefiero ver cómo leen, cómo
hablan, cómo piensan, cómo escriben y cómo escuchan. Por eso en 1º de la ESO,
además de las instrucciones de cómo organizar el cuaderno hicimos otras cosillas,
trabajando individualmente y en grupo.
Leímos una
breve obra de teatro de Fernando Arrabal, Picnic, que siempre es un acierto pero que dada la
situación social que estamos viviendo venía muy a cuento; y además, como esta
semana pasada en Oviedo celebrábamos San Mateo (con su consecuente comida en un
prao de un bollo preñao) era miel sobre hojuelas. Leer teatro nos
permite poder escucharlos a todos leer, pero también nos permite poner sobre la
mesa la improvisación teatral -vemos el trabajo en grupo, el miedo escénico…-
¿Escuchamos?
Lo que hicimos en la siguiente sesión, tras la lectura de la obra y las
improvisaciones, fue que yo leía el álbum ilustrado El enemigo. Ellos debían
estar atentos a lo que leía pero también a las imágenes que se mostraban del álbum
(al final de la lectura, el álbum circuló por la clase para que todos pudieran
ver las imágenes. Hubo quien pasó el libro sin abrirlo, la misma persona que no
miró las ilustraciones mientras yo leía, pueden verse muchas situaciones
mientras una lee).
Tras
la lectura debían escribir un texto en el que se reflexionara sobre las
similitudes y las diferencias entre ambas obras, debiendo cerrar su texto con una
declaración de cuál de las dos obras les había gustado más y por qué.
Pusimos
algunas en común en la siguiente sesión. La puesta en común de los ejercicios
es muy importante, siempre que se haga desde el respeto y la consideración. Destacamos
un aspecto que nos haya gustado de la redacción de nuestro compañero y, otro,
que, en cambio, creemos que debería mejorar. Todos hacemos cosas que están bien
pero siempre podemos mejorar algo a juicio de los demás. Esta puesta en común,
nos lleva en ocasiones a darnos cuenta a nosotros mismos de que aspecto debemos
mejorar; pero sobre todo da confianza a aquellos que piensan que otros todo lo
hacen bien y ellos todo mal.
En
estas primeras sesiones todo lleva tanto tiempo (máxime cuando eres la tutora y
debes resolver cuestiones de primera necesidad que no son lingüísticas
precisamente) y no pude ponerle a Miguel Gila llamando al enemigo (“¿Es usted
el enemigo?”) porque nos habríamos reído un rato. Quizá algún día nos queda un
huequito para la risa y el humor.
En
3º de la ESO empezamos con la lectura de El chico de la última fila de
Juan Mayorga para adentrarnos en la escritura de una obra teatral, tal y como
propone la Fundación Princesa de Asturias. No todos están obligados a
participar, pero sí a escribir como prueba inicial. La verdad que empezar con
Mayorga en 3º de la ESO es poner el listón muy alto, pero parece que al grupo
no habrá listón que se les resista. Continuará…
jueves, 15 de septiembre de 2022
LA ILUSIÓN DE VOLVER. VOLVER A EMPEZAR
viernes, 9 de septiembre de 2022
¿Quién eres tú? ¿Quién soy yo?
¿Qué se esconde
bajo nuestro modelito? ¿Quiénes somos en realidad? ¿Qué parte de mí es
necesario que conozcas tú? El próximo lunes 12 de septiembre me toca
presentarme de nuevo, alumnado nuevo, con toda la ilusión que eso implica pero
también la pena de no poder tener en el aula a ese estupendo alumnado que este
ya iniciado curso estará en 4º de la ESO (los voy a echar mucho de menos,
espero que podamos compartir alguna actividad, que vengan a verme algún
recreo…) y a ese otro que se ha ido ya (que también espero vengan a verme, o me
escriban, y nos traigan noticias del mundo de fuera, ese mundo que los ha
acogido en su nueva etapa).
En la ESO, de nuevo en primerín y
repitiendo tercero -es lo que tiene no hacerlo muy bien, que hay que repetir-,
voy a presentarme como lo he hecho tantas veces y como ya he contado en el
blog.
Primero, la importancia del nombre. Hablaré de mi nombre, su
procedencia, su significado, por qué me lo pusieron, cómo me gusta que me
llamen, qué nombre debo utilizar en cada ocasión… Por supuesto, dibujaré mi
globo y les hablaré del blog. Este curso me he prometido a mí misma que le
vamos a dar vida entre todos.
A continuación, dejaré de ser emisora para convertirme en
receptora, escucharé sus nombres y lo que de él puedan contarme, un adelanto,
pues para la segunda clase deberán preparar una pequeña presentación. Esto les
permitirá mejorar sus habilidades sociales, su expresión oral, pero, también, y
muy importante, hablar con sus padres, sus abuelos y saber por qué ese nombre.
Los más curiosos, si no lo saben ya, buscarán cuál es el significado de su
patronímico, su sentido, su étimo…
Tras esto, pasaré a contarles cuáles son dos de mis aficiones:
viajar y leer. Dos aficiones que se unen y se complementan. Será el momento en
el que les lea La niña de los libros, pues habla de mí. Creo que
lo escribieron pensando en mí, realmente. (Me gusta dibujar, pero se me da tan
mal… esto también lo demostraré, no solo con el globo, si no, con otros objetos
y animales que me atraen).
Seguidamente, comentaremos El maravilloso mundo de los libros.
Acompañado de Si no te gusta leer, no es culpa tuya. El
primero para acercarnos a todo lo que rodea a los libros y a los lectores, así
como las grandes historias, los grandes personajes, los grandes lugares… El
segundo plantea una realidad: una librería que tiene que cerrar. En este
ejemplar nos acompañan un montón de frases célebres sobre los libros, la
lectura…
Para finalizar, utilizaré tres ejemplares de álbumes ilustrados (El
perro negro; Yo, Ming; y, Afortunadamente) para hablarles
de cómo soy y cómo me siento. El perro negro me permite hablar
del miedo, de cómo siento miedo ante lo nuevo -quizá ellos también se sientan
así- y de cómo ese miedo se va haciendo muy grande e irracional, cada vez más, sin
embargo, confío en que la niña pequeña
que vive en mí lo sabrá canalizar.
Después, me emocionaré con Yo, Ming al recordar la importancia de
los pequeños detalles de cada día que no valoramos porque nos comparamos con lo
que tienen otros, mientras que los otros quizá también se estén comparando con
nosotros; sin embargo, hay algo que nos hace únicos, a veces, una persona.
Remataré, con Afortunadamente para lanzar ese mensaje de la
importancia de ver que aunque ocurren muchas situaciones desagradables o
desafortunadas, se pueden reorientar e incluso buscar su lado bueno.
¿Me dará tiempo a todo en cincuenta minutos? Casi seguro que no,
porque entremedias me contarán -yo les preguntaré- sus miedos y cómo los
combaten, si tienen miedo porque empiezan nuevos en el instituto o porque
empiezan un nuevo curso. Hablaremos de qué es lo más importante en su vida, lo
que les hace únicos o quién es esa persona que les hace sentirse únicos, a
quién escribirían una pequeña nota recordándoles que es su ángel. El último de
los álbumes, si tenemos tiempo para llegar a él -si no, ya lo haremos en otra
ocasión-, nos brindará la oportunidad de reconocer que quizá me sintiese más
afortunado en otro grupo pero en este que estoy siento buenas vibraciones. No
hay que olvidar, que vamos a ser el mejor grupo de instituto. Eso siempre.
Seguramente, al tiempo que
toque el timbre, estaremos recordando que para la clase siguiente hay que
preparar una pequeña presentación oral:
ü No más de tres minutos
ü ¿Quién eres y qué te gustaría que supiésemos de ti?
ü Se puede traer algún objeto que te represente, siempre que sea adecuado.
ü Haz un pequeño guion en una hoja cuadriculada/folio que luego
guardaremos en un archivador (de los materiales para el curso seguro que
tendremos que hablar en otra ocasión). No se trata de leer el guión, sino de
contar, de hablarnos.
ü Puedes acompañar tu breve exposición con fotos que ilustren lo que
dices, o con tus propios dibujos.
ü Lo más importante: sé creativo, sé creativa.
En fin, ya tengo la pauta para comenzar un nuevo curso, ¿cómo
comenzarás tú?
miércoles, 24 de agosto de 2022
Del mismo modo que “no te acostarás sin saber una cosa más” podría decirse que todos los días (o casi todos) existe una frase, máxime si estás rodeada de mentes despiertas. De igual manera que el alumnado recuerda cada una de nuestras frases y la aprovecha para hacernos un guiño, una broma, sacarnos una sonrisa, los profes también tenemos nuestra lista de frases.
Están
las archiconocidas frases de los exámenes, los errores garrafales que no suelen
sacarte una sonrisa sino un lamento de desesperación (yo estas tiendo a
olvidarlas, a dejarlas caer en el olvido porque no van a ninguna parte, pero
hay una del curso pasado que me cuesta olvidar. Leíamos Habitaciones
separadas, un poemario de Luis García Montero. Uno de sus poemas está
dedicado a la figura de Gaspar Melchor de Jovellanos y yo pregunté algo así
como por qué le dedica un poema a este ilustre personaje, la respuesta me dejó
fría “un señor que coincidió en la cárcel de Mallorca con los Reyes
Magos”, ahí es nada.
No son,
como digo, las frases de los exámenes las que más huella me dejan a mí.
Prefiero las espontáneas, las que salen con naturalidad, pero no las ofensivas.
Podríamos hacer colección de frases ofensivas, sin embargo, ¿para qué sirve
recrearse en ellas? Este curso me dijeron una que pensé que tendría que empezar
a ir a clase con abogado y no con guardaespaldas como a veces se dice. Las hay
muy fuera de lugar, que no responden al principio de adecuación, no vamos a
hablar ya del de educación (a los de lengua que no respondan al principio de
adecuación nos duele más, a veces, que al de la educación, porque nosotros
estamos para enseñar a expresarse, la educación debería de venir de serie, en
este caso, de casa). Borrón y cuenta nueva.
Voy a
recoger frases que me han hecho sonreír por el motivo que sea, que me han hecho
esbozar una sonrisa para que no me ocurra con una que me dijeron una vez y no
recuerdo ni quién ni cuándo. Explicando los criterios de calificación, insisto,
como es habitual en mí, en el porcentaje reservado para las lecturas, insisto,
matizo, recalco, promociono… y entonces un alumno o alumna nos dice a toda la
clase, y especialmente a mí, “antes estudio”. Acabáramos, pensé
entonces. Hay que empezar de cero.
Vamos con
la frase de este curso 21-22, la que me esbozó una sonrisa y me dio qué pensar.
Contextualizo. Estábamos ya en los últimos días del curso, cuando el alumnado
ya había finalizado sus clases y habían salido las notas de la EBAU. Uno de
esos últimos días de junio, unos tutorandos de segundo de bachillerato vienen al centro para despedirse
y desearte un buen verano. Vienen felices porque la tortura ha tenido su
recompensa y sueñan con entrar en esa carrera… El caso es que hacía calor y
salimos al patio, aproveché la coyuntura para guardar unas cosas en mi
utilitario. Fue entonces cuando el sujeto que responde a las iniciales de A.V.B
me dice:
“Profe, una chica sencilla y de
barrio como tú,
menudo coche se gasta”.
Sigo riéndome al recordarla. (Del cochecito ya hablaré más adelante que me tiene contenta).
No se vayan todavía. Aún hay
más. Continuará.
lunes, 22 de agosto de 2022
La paga extraordinaria del mes de agosto
Hoy he recibido una paga extraordinaria, tan extraordinaria
que te la dan cuando menos te lo esperas, tan extraordinaria que te cambia la
vida, tan extraordinaria que con ella no te podrás comprar nada pero sí te
permitirá viajar, te permitirá, al menos la que me han dado a mí, realizar un
viaje. Un viaje al pasado, al presente y al futuro. Un viaje a tu interior. Hoy
(y no importa cuándo sea “hoy”, deíctico arriba o abajo, el “hoy” no importa)
me he encontrado, me ha encontrado, una antigua alumna, una joven alumna, una
tímida chica que se ha acercado a mí y me ha dicho:
_Hola, sé que no te acordarás de mí, pero me diste clase…
_Hola, Teresa, claro que sí, en primero de la ESO.
_Pero, ¿cómo te puedes acordar de mí?
Ella no
daba crédito que yo la recordase, que recordarse en qué curso, en qué centro, cuánto
tiempo hacía… Yo, en cambio, no daba crédito de que ella no solo se acordarse
de mí, sino de que tuviese ganas de venir a saludarme. De tragarse su timidez
(porque yo sé que ella es una chica muy tímida) para acercarse a mí. A veces,
esos miedos absurdos son los que nos hacen que no nos saludemos unos a otros,
que parezca que el tiempo ha pasado
arrasando recuerdos y momentos entrañables.
Teresa no
solo me recordaba a mí, recordaba mis clases, y me las trajo a mí al corazón.
Me comentó que hacía poco había encontrados los haikus que había hecho en mis
clases. Entonces le vino a la memoria que yo tenía un blog donde había colgado
esos trabajos. Buscó el blog, y allí encontró ese y otros trabajos que habíamos
realizado aquel curso, aquel 2017-2018. Habló de los haikus, de Charlie y la
fábrica de chocolate, de las cartas con personajes de cuentos y de tantas
otras actividades que hasta yo misma me sorprendí de todos los trabajos que
habíamos hecho en aquel 1º de la ESO hoy lejano en el tiempo y cercano a la
vez.
Evidentemente,
yo no pude más que emocionarme. ¿Qué otra cosa se puede hacer? Alegrarse,
efectivamente. Y esa emoción y esa alegría generaron en mí una nueva ilusión,
un nuevo propósito. Se acerca sigilosamente septiembre, para los de la docencia
el mes por excelencia de los buenos propósitos, el mes en el que empieza el
año, pues los medimos por cursos (no solo nosotros, sino también los de las
promociones, empiezan todas las colecciones de los quioscos ¿o no?) y mi
propósito laboral será, por un lado, seguir cultivando ese alumnado que a pesar
de la timidez, de la vergüenza, del pasotismo desea acercarse para saludarme;
y, por el otro, el de volver al blog, pues si es un lugar de encuentro con mis
viejos/nuevos alumnos, quiero que esté como me gustaría que lo encontrasen al
llegar: limpio, ordenado, renovado, colocado, pero sobre todo, VIVO.
Hoy mismo
(debería decir “mañana” si siguiera pensando en los deícticos y en la verdad
absoluta -si esta existe-) he vuelto a abrir el blog de nuevo. He visto esas
entradas de las que ella me hablaba. Me he dado cuenta de que de aquel curso
hay muchas más entradas, muchas más que de este que acaba de pasar. No creo que
sea porque no hayamos hecho actividades diversas, no creo que sea porque no
haya hecho fotografías, creo que ha sido porque pensaba que nadie miraba el
blog, que nadie acudía a él. Teresa me ha demostrado que estaba equivocada, así
que quiero retomarlo con un poco más de fuerza. Quiero darle VIDA de nuevo,
como quiero que lo encuentre mi alumnado al volver a él.
Gracias,
Teresa; gracias a todo ese alumnado que sigue emocionándome, el de ayer y el de
hoy. Sin duda, esta es la mejor profesión.
viernes, 6 de mayo de 2022
domingo, 23 de enero de 2022
Recomendaciones narrativas para el alumnado de segundo de bachillerato.
viernes, 7 de enero de 2022
MOMO Y "KNOLLING", dos actividades en una. Lectura y fotografía.
Papá Noel siempre ha llegado a
esta casa cargadito de libros. Los hay para todos los gustos (para los gustos
de los tres convivientes) y para casi todos los momentos. Vienen envueltos en
papel de regalo y con nombre asignado, pero, a veces, ocurre, como es sano, que
los libros se comparten.
Hace
ya tiempo que yo le proponía a mi heredero leer Momo, con ello quería acercarlo
a una lectura un poco más densa y seria
de lo que venía haciendo, subiendo poco a poco el nivel. Sin embargo, él no
parecía muy atraído a comenzar esa lectura. Pero, zas, llega Papá Noel y se lo
deja, nuevito, a estrenar y en tapa dura como a él le gustan, un libro de los
que apetece, vamos. Curiosamente, la maestra había hablado en clase de Momo y precisamente de esa edición, así pues, ya sobraban las razones para
que estas Navidades, Momo llegara a su vida.
El primer capítulo se hizo un poco
cuesta arriba, porque a pesar de que el comienzo es maravilloso y te reporta al
anfiteatro romano por excelencia y puedes echarle mucha imaginación, hay poca
acción y parece que va a ofrecer poco. Eh ahí cuando yo decido practicar lo que
siempre predico, leer al tiempo que él la misma obra. Bueno, al tiempo que él
es imposible, él siempre va unos capítulos por delante, siempre me adelanta por
la derecha y por la izquierda si hace falta.
Momo es, sin duda, una lectura para no hacer solo. Es
una lectura para hacer acompañado o acompasado de alguien con quien poder ir
comentando todo lo que va apareciendo, todo lo que vas interpretando, todo lo
que vas imaginando. Quizá esa misma maestra que lo recomendó en clase, debiera
plantearse leer Momo con ellos en el aula, menos libro de texto y
más lectura conjunta, comprensiva…quizás, quizás, quizás.
Antes
de que llegaran los RRMM había que tener terminado Momo porque así dábamos
pie a sus Majestades a dejarnos algún que otro libro para el largo el invierno
que tenemos por delante. Una vez leído nos planteamos hacer “knolling”, que vete
tú a saber qué significa eso ¿no?
“Knolling”: fotografiar objetos de
forma ordenada. Dichos objetos deben forman ángulos de noventa grados, y la
imagen debe captarse desde un plano cenital. Si aplicamos esto a una lectura,
se trata de hacer una composición, similar a un bodegón, con objetos que tengamos
por casa o podamos hacer sencillamente, relacionados con una lectura realizada.
Nuestro “knolling” de Momo.
Sobre una tabla que utilizamos para
apoyarnos para escribir, dibujar o incluso leer, colocamos en posición horizontal
o vertical algunos objetos relacionados con nuestra lectura de Momo.
Dicha tabla, como puede verse, tiene un asidero, un espacio destinado a colocar
nuestra mano y poder transportarla. Decidimos dejarlo en la foto por su valor
simbólico, la necesidad que tenemos de agarrarnos a las personas que nos
aportan algo, de estar con ellas, de compartir con ellas juegos, tiempo, risas,
confidencias, secretos, aventuras…
En un “knolling” de lecturas, parece
imprescindible que esté el ejemplar en el que hemos realizado nuestra lectura.
Como dije arriba, el ejemplar es una edición en tapa dura de la editorial
Alfaguara, muy bien editado, elegante, con una tipografía adecuada, un buen
interlineado y escasas ilustraciones. Un detalle este que ciertamente no nos
gustó mucho, nos habría alegrado más que la edición estuviese ilustrada.
El tiempo es importantísimo en esta
novela de fantasía, de ahí los tres relojes que aparecen en la fotografía.
Podríamos haber puesto muchos más y de distintos tipos, porque el reloj es por
antonomasia lo que asociamos al tiempo. Momo
pone de manifiesto cómo los adultos se obsesionan
en ganar tiempo, en ahorrar tiempo y, paradójicamente, siempre están faltos de
tiempo para jugar con sus hijos, para escuchar a los demás, para divertirse,
para disfrutar de sus días. Estas Navidades nos ha venido muy bien esta lectura
para reflexionar acerca del tiempo que nos dedicamos los unos a los otros, si
es un tiempo de calidad, por qué no nos dedicamos más…
Los Hombres Grises son los
antagonistas de esta historia. El Heredero los ha representado con un personaje
creado por él a partir de plastilina y piezas “Lego”. Los Hombres Grises
aparecen fumando constantemente. Eso es algo que a mí no me llama especialmente
la atención, pues he vivido rodeada de hombres que fumaban continuamente (salvo
mi “güelito” que lo dejó antes de que yo
naciera, creo que todos los hombres que recuerdo fumaban en mi infancia); sin
embargo, lo que son las cosas, al Heredero le llama poderosamente la atención
que los Hombres Grises fumen constantemente. Contraste de generaciones. (Luego
la obra explicará la razón de que fumen).
La Tortuga Casiopea es otro
personaje importante en la narración. Es el elemento mágico que ayudará a la
protagonista. Un personaje que nos ha cautivado a ambos y que no hemos querido
que faltara en la fotografía pues nos parecía que sin ella nada habría podido
salir bien. Es un personaje que aporta ternura y sabiduría. Pragmatismo
también.
Además, aparece entre nuestros
objetos la Flor de Pascua pues es típica de la Navidad y dado que lo hemos
leído estas Navidades nos parecía un guiño interesante. En la historia aparecen
unas atractivas “Flor de Horas” que serán un ingrediente perfecto para poner a
salvo a toda la humanidad. El hombre se está condenando en su obsesión de ganar
tiempo, de ahorrar tiempo.
Por último, después de reflexionar
durante mucho tiempo cómo podríamos simbolizar a la protagonista Momo, yo he
llegado a la conclusión de que mi Momo particular es mi hijo. Momo es una niña,
pero bien podría haber sido un niño. Momo simboliza todo aquello que nos ayuda
a no dejarnos perder el tiempo en cosas absurdas, en no empeñarnos en vivir
única y exclusivamente para conseguir más cosas materiales… Momo nos enseña que
lo importante de la vida es compartir momentos con quienes queremos,
divertirnos, disfrutar. Nos habla de la importancia de contar historias, de
imaginar, de soñar… Nos pone de manifiesto qué importante es que los niños jueguen,
no tanto con juguetes como con todo aquello que sale de su imaginación. Mi Momo,
sin duda, es Pablo.
Reflexionando y reflexionando nos
hemos dado cuenta de que nuestros “hombres grises” de hoy son todas las
pantallas. El tiempo que él está con su consola no es tiempo de juego imaginativo
y creativo; el tiempo en el que yo estoy con el móvil mirando las redes
sociales no es tiempo que podamos compartir y disfrutar juntos. Cuidado, hemos
llegado a la reflexión, pero a la vista está que ni él va a dejar su consola,
ni yo voy a dejar de embobarme con la pantalla del móvil. A veces, sabemos
dónde está el problema pero no es tan fácil salir de él.
La obra acaba con un breve epílogo
del autor, Michel Ende, alemán, siglo XX (1929-1995) en el que nos habla sobre
el narrador de la historia. Este breve epílogo nos ha servido en casa para diferenciar
entre autor -un señor real que paga impuestos- y un narrador -un elemento literario,
como los personajes, el tiempo, el espacio-, aquí lo dejo por si aquellas
maestras y maestros aludidos al principio deciden llevarlo a sus aulas y
enfatizar en esta cuestión.
Hay que leer Momo, los
niños y niñas de hoy deben leer esta obra, pero, sin duda, debemos leerla los
adultos y las adultas. Debemos leerla y reflexionar sobre el tiempo, en qué lo
gastamos y en qué lo deberíamos invertir, que no es lo mismo.
Gracias por llegar hasta aquí. Pero, bueno, si has llegado hasta aquí, quizá te convenga leer este pequeño párrafo... ¿qué es el éxito? ¿Es el éxito lo único importante en la vida? Esto es lo que opinan los Hombres Grises, ¿estás de acuerdo?