jueves, 26 de abril de 2018

ABRAMOS LA PUERTA AL CUENTACUENTOS

           Tercer trimestre ya y queda tanto por hacer, tanto por recordar. El tercer trimestre en 1º de la ESO (estos últimos cursos) lo dedicamos a la Literatura, a la competencia literaria.  No es que hasta este momento no le hayamos dedicado nada de tiempo, es que ahora nos recreamos en ella. Podemos decir que  viajamos al mundo de la Literatura y hasta ahora solo habíamos estado consultando guías para preparar bien nuestro viaje y nuestra maleta, de tal manera que fuera adecuada para el destino al que nos vamos.

         Cual Conejo de Alicia estamos que no llegamos. Queremos ver tantas cosas que sabemos interesantes que tres meses no es nada.

            Después de visitar qué es eso de la Literatura, de las figuras retóricas, de los géneros literarios, queremos adentrarnos en el intrincado bosque de la narración: fábulas (leemos las Fábulas de Esopo, lectura comprensiva y dramatización), leyendas, cuentos, microcuentos...

            Creo, sin duda, que la actividad que más nos gusta a todos es el CUENTACUENTOS. Lleva mucho trabajo durante muchas sesiones, tanto en casa como en clase. Necesitamos la colaboración de las familias. Aun con todo y con eso, es una actividad tan completa y satisfactoria que es píldora del bienestar.

          


Las cuatro destrezas lingüísticas tienen cabida en esta unidad que yo he bautizado como "Abramos la puerta al cuentacuentos".



Veamos la receta.
Ingredientes:
-         Mucha pasión por los cuentos (ésta debe llevarla el docente, aunque dejará el plato más sabroso que el discente la comparta).
-         Cuentos terroríficos, de amor, de misterio, de fantasía... vienen muy bien en dosis de microcuentos de temática variada.
-         Fábulas al gusto.
-         Vídeos de cuentacuentos, cuanto más variados mejor, más exquisita será la receta (pueden encontrarse en interné).
-         Dosis de motivación.
-         Píldoras antimiedo escénico.
-         Padres colaboradores y entregados.
-         Tijeras.
-         Imaginación.
-         Buen gusto.
-         Nada de mal humor, durante esas sesiones, recuerde dejarlo en casa.
-         Paciencia para espolvorear.
-         No olvide, un sobrecito de respeto.
Modo de elaboración:

Primero. En una hoja se les enseña a hacer una invitación con forma de una torre de un castillo (si ha visitado páginas de cuentacuentos, la encontrará). Se les darán para ello unas sencillas instrucciones. Se les dictará un pequeño para informar a las familias. Se dejará enfriar mientras vamos con otro paso.
Segundo. Se les muestran unos cuantos vídeos de cuentacuentos, variados en forma y fondo, con música, sin música, con kamishibai sin él, con instrucciones, con marionetas... y se les advierte que deben prestar mucha atención, porque, ojo, el
Tercero. Consistirá en hacer un decálogo para ser un buen cuentacuentos.
Cuatro. Debatir los puntos del decálogo hasta que nos queden a punto de nieve, importantísimo, por ejemplo, seleccionar bien el cuento que vamos a contar al resto.
Quinto. Si es posible, se les lleva a ver cómo el alumnado de Ciclo Infantil prepara sus sesiones de Cuentacuentos. Esto es muy motivador e inspirador. Si se tiene en el instituto, se ruega no desperdiciar esta oportunidad.
Sexto. Aparecer en clase con una maleta de cuentos, de esos que nos encantan a nosotros, por lo que sea, porque nos reímos, porque lloramos, porque pensamos, porque crecemos... Dejarles manosear los ejemplares, incluso, sin quieren, leerlos, no es peligroso. A veces alguno se intoxica, pero esto solo sucede cuando no se les han leído cuentos en otras ocasiones. Si les pilla por sorpresa, se pueden atragantar. Para evitarlo, vaya durante el curso leyéndoles algún cuento, como quien no quiere la cosa, porque hoy es hoy. Eso sí, leálos usted. Que te lean es un masaje para el cerebro que a todo el mundo le gusta.
Séptimo. Déles referencias de libros, de páginas web donde encontrar cuentos adecuados. Esos cuentos que todos sabemos que gustan.
Octavo. Una vez fría, vuelva a la invitación, tendrán que entregarla a la familia con la indicación del cuento que han elegido para contar.
Novelo. Enséñeles a hacer un itinerario para recordar los elementos claves del cuento. Es fácil, pocas palabras y algún dibujín. (Es muy útil como técnica de estudio, pero esto jamás se lo diga, puede estropear la receta).
Décimo. Pídales que ensayen mucho en casa; primero, sin público, después con él, que los valoren en la invitación que ellos han hecho para sus familias. Esta debe volver a la profesora.

            Tres cursos llevo haciéndolo así y he disfrutado tanto tanto... Tengo que agradecer la estimable colaboración de las familias (padres, abuelos, hermanos...), algunos de sus comentarios me han emocionado. Pero sobre todo me siento muy orgullosa cada año de mi alumnado, porque a pesar de que se mueren de vergüenza demuestran un saber estar, tanto escuchando a sus compañeros como contando su cuento, que yo tengo que quitarme el sombrero.
            Uno de los muchos microcuentos que les leo, se titula “Sherezade” es del escritor Eduardo Galeano y acaba diciendo: “Del miedo de morir, nació la maestría de narrar” y yo les digo “del miedo a suspender, nace la maestría de contar cuentos”.
            Una experiencia muy recomendable.