sábado, 27 de febrero de 2021

Perlora es la infancia y ojalá sea el futuro

Después de dos meses sin mar, había que volver a Perlora, porque Perlora es volver a la infancia, es volver a los buenos recuerdos, a los buenos momentos, cuando todo era fácil...











La Senda Norte es un paseo muy acogedor incluso cuando hace un aire que "escarabaya el pelleyu".

¡Lo que yo daría por una "casina" de Perlora!



lunes, 15 de febrero de 2021

Miss Marte


Mi aproximación a Jabois llegó de la mano de una amiga y compañera, Marisa, fue con Nos vemos en esta vida o en la otra. Me impresionó y gustó a partes iguales. Una crónica periodística que ya dije en alguna ocasión que los jóvenes deberían leer (de hecho ahora que he vuelto al Bachillerato, se la ha recomendado al alumnado, precisamente el miércoles dos alumnos nos hablarán al resto de ella -deseando escuchar lo que tienen que decir, lo que su lectura les ha suscitado-). El último verano que pude viajar, el del 2019, claro, estaba yo en Lanzarote y mi amiga Flor me dijo léete Mala Herba, ése ¿no es el último de Jabois?, sí, ah, pues me lo leeré, claro que sí. Basta que sea de él y que me lo recomiendes tú. Después de Nos vemos en la esta vida o en la otra Jabois era para mí de fiar (de esa Galicia Calidade que tanto me gusta a mí tener presente. ¿Alguien se ha parado a pensar que todo lo gallego engancha?)

              Mala Herba hay que leerlo sí o sí, no sé si ya lo dije en algún momento, pero lo recomendaré siempre. Ese sí que es un libro para los que hicimos la EGB, porque es un libro de los que cuenta las cosas que muchos vivimos o vimos vivir a otros. Es un libro de los que tiene los pies en la tierra.

              Mi marido dice que no tenemos donde poner un libro más, que lea en el  ebook, que vamos a tener que salir nosotros (esta frase también la utilizaba mi padre, la historia ya dicen que se repite)… pero luego es él quien me trae al enemigo a casa. Este domingo me sorprendió con Miss Marte (últimamente solo me oía hablar de otro de quien quiero leerlo todo, y yo creo que se dijo, vamos a recordarle que siempre le quedará Jabois; lo bueno de lo escritores frente a los equipos de fútbol es que puedes ser de muchos, los lectores tenemos más fácil aquello de diversificar nuestras pasiones).

              Mai, con los pies en Marte,  entró en casa el domingo antes de comer y el lunes antes de comer ya me había despedido de ella, pero me había quedado para siempre con Berta. Abrí el libro y lo primero que me llamó la atención fue el título de cada capítulo, el uno, Dios; los siguientes, nombres de personas. ¿Qué queréis que os diga? Aquí está el Jabois de mis anteriores lecturas, no me va a defraudar.

              Muchos profesores de Literatura tenemos la mala costumbre de leer y pensar a qué curso se lo vamos a recomendar. Este libro me dije es para mí, no pienso apuntar nada, solo voy a disfrutarlo, leerlo y recrearme. Cumplí solo a medias, porque es cierto, no tomé ni una sola nota, pero hice un montón de fotos de páginas en las que había algo que me llamaba poderosamente la atención; la parte de disfrutarlo y recrearme la cumplí al 100%.

              Abran sus páginas y lean, porque verán que la frescura y la cercanía está muy presente, que el lirismo invade su estilo, así como la fina ironía gallega en diálogos, el ambiente comarcal y veraniego que nos hace pensar y desear más que nunca que el verano venga sin límites, que la pandemia nos deje disfrutar de nuestra tierra vecina, porque si no fuera por estas medidas yo hoy estaría planeando un viaje a la Costa da Morte, a Fisterre… mientras tanto he viajado con sus descripciones, he conocido personas y personajes, he intimado con la muerte y la locura, con la vida y la cordura, he recordado noticias del pasado, he aprendido… porque el libro ofrece de todo y de más: cine, música, literatura…

              De la crónica periodística, pasando por la novela hasta llegar a esta crónica literaria que tanto  me ha recordado a esa Crónica de una muerte anunciada, a ese realismo mágico gallego que ya Valle Inclán inmortalizó en algunas de sus obras, aunque luego fuesen los hispanoamericanos los que le dieran el boom. Este Macondo, a quien se menciona en la obra, que es Xaxebe, donde alguno de sus habitantes “no es bajo, pero si agachado como si nunca pudiese acabar de ponerse recto”.


                Puedo poner un “hashtag” #yorecomiendoajabois.




(¡Cuántos nos habremos dado cuenta de que dejamos de ser chavales cuando pasamos de quedar para beber a quedar para comer! Jabois, aunque conozca a personajes de Marte, habla de cosas que pasan en nuestra tierra, que nos pasan a nosotros).

            

sábado, 13 de febrero de 2021

CARNAVAL 2021




Carnaval, carnaval... decíamos que el 2020 iba a ser un año atípico, pero el que va a ser atípico atípico va a ser el 2021, o atípico o ya constitutivo de nuestra nueva realidad. Las fiestas se hacen en casa y para los de casa. Esta es la nueva vida ahora. 

Hoy quiero confesaros que nosotros nos hemos escapado, nos hemos saltado los límites perimetrales por el aire y nos hemos ido a Londres, a la estación Kings Cross, ya sabéis...


Por supuesto, ahí pasamos por el andén 9 y 3/4, y nos subimos sin prisa pero sin pausa en el Hogwarts Express con destino, cómo no, a Hogwarts.


Tuvimos la suerte de compartir vagón nada más y nada menos que con Harry Potter y Ron Wesley, que fueron unos compañeros de viaje estupendos, muy animados, nos hicieron algunos de su trucos de magia, y en algún momento del viaje nos visitó Hermione. Todo un lujo de trayecto. 


 A la hora de comer ya estábamos en Hogwarts


todo aquí es sorprendente, fantástico. Estamos disfrutando mucho de esta escapada. E imaginamos que con la magia han podido acabar con el virus, porque aquí nadie lleva mascarilla ni habla del SARS-19.


Atravesar el andén 9 y 3/4 ha sido la mejor decisión que hemos tomado


porque además aquí en Hogwarts se come muy bien, lo mismo que en Asturias en Antroxu, así que nos encontramos, cómo no, como EN CASA.


viernes, 5 de febrero de 2021

CORREO LITERARIO


    Hace mucho que no se me encuentra por esos lares, mucho, más de lo que me gustaría, pero es que este está siendo un curso, un año, muy especial. Si 2020 nos pareció extraño, tenía la contrapartida de que todo era nuevo; en 2021 la novedad se ha perdido y todo lo que queda es la basura, mucha basura acumulada en 2020 y la que se está generando en 2021... en definitiva, que moverse entre tanta basura hace que todo lleve mucho más tiempo (al menos a mí) y no encuentre una tiempo ni para lo que más le gusta, entre otras cosas compartir, compartir lecturas, que fue para lo que en su día surgió este blog, para compartir lecturas de muchos tipos y de muchas maneras. 

    Mi amiga, a quien encontraréis en las redes sociales como ycolorincolorose lee muchísimo y en su página de IG comparte muchas de sus lecturas. Siempre con un estilo ágil, ese estilo que hace que tenga muchos seguidores que aplauden sus recomendaciones porque esas recomendaciones suyas nos llegan, nos animan, nos seducen, nos cautivan y nos invitan a leer. Una de esas recomendaciones fue esta obra Correo literario de la Nobel poeta polaca Wislawa Szymborska que hoy yo traigo aquí.

   Recogí ese guante porque necesitaba reírme, necesitaba desahogar y "desfogar" de tanta historia que aburre y huele mal en los informativos, tanto dato, tanto número, tanto cierre y tan poco que está cerrado. Necesitaba salir de la rutina en pequeñas dosis, a pequeños tragos y echarme unas carcajadas, o reflexionar sobre la vida, sobre esas vidas de tantos que quieren ser poetas, escritores y creen que por el solo hecho de escribir uno ya es escritor o escritora. 

    Mientras reía no puede olvidar cuando en mi casa, en la de mi abuela, en la de mi tía, se leía una revista (que se sigue leyendo) y había una sección similar a ésta. Los lectores de la revista enviaban sus cartas pidiendo consejos sobre unas y otras cosas, las respuestas me resultaban variopintas, sencillas, a veces, incluso idiotas porque en mi infantil pensamiento me planteaba yo que si había escrito para que le diesen esa respuesta debía de ser muy simple quién interrogaba. 

    En fin, en Polonia, seguramente en España también (yo ni siquiera recuerdo si la revista mencionada contestaba a dudas literarias), en Polonia decía había una revista a la que se enviaban las dudas literarias y entre otros las respondía quien años más tarde ganaría un Premio Nobel, la singular Szymborska. No podemos leer la pregunta, solo leemos las respuestas que ella dio a cartas hoy anónimas para nosotros los lectores, pero esas respuestas están llenas de humor, de ironía, de mordacidad... Pequeñas respuestas que nos ponen en la piel de todos aquellos que un día escribieron un poema o un ciento y se sintieron poetas, o los de a su alrededor los invitaron a creerse escritores. 

    Pequeñas respuestas que son grandes y que a mí personalmente me gustaría saber utilizar para hablar de toda la basura que estamos acarreando de 2020 y la que estamos generando en 2021, basura política que no literaria que de literatura estamos bien servidos.