domingo, 23 de diciembre de 2018

FELICITACIÓN NAVIDEÑA


EL REGRESO DE MARY POPPINS

Desde que el heredero nació, la vida es volver a empezar con todas las ventajas de la edad y de las nuevas tecnologías. 
Lo de la edad es evidente, ya lo dice el refrán "sabe más el diablo por viejo que por diablo", así que con lo que el tiempo nos ha ido enseñando y la madurez ha ido reposando vamos confeccionando un nuevo camino para él.
Lo de las nuevas tecnologías es fantástico. A los niños nos gusta que nos lean el mismo cuento siete mil veces, que digo, diez mil veces; jugar al mismo juego otras tantas; cantar la misma canción ni se sabe el número; lo mismo ocurre con las películas, PERO en nuestra época, la mía, la de la 1 y la 2, si veías una película en el cine, olvídate ya, tardarías al menos veinte años en volver a verla -y eso por los avances tecnológicos-. Las películas que se repetían en la tele y mucho, eran películas viejas, de vaqueros, de romanos y se sabía cuándo se iban a repetir, en qué épocas, no había Semana Santa sin películas de romanos (lo cierto es que ahora en la tele ordinaria sigue ocurriendo un poco lo mismo pero sin películas de romanos, ahora con pelis ñoñas). En fin, que me estoy saliendo del hilo, lo que quería decir es que desde que vimos juntos el heredero y sus padres Mary Poppins nos enamoramos de la película, como no podía ser de otra manera. Lo bueno, de la actualidad, que desde entonces hemos visto la película un sinfín de veces. La hemos visto, analizado, memorizado y no nos cansamos de verla.
Llevábamos todos mucho tiempo esperando el Regreso de Mary Poppins, los adultos cincuenta y cuatro años, que se dice pronto; los de mi casa de hoy tres o cuatro años. Ayer saciamos esa necesidad. Y salimos extasiados, con ganas de volver a entrar en el cine. Con ganas de comprarnos la película y volver a verla ni se sabe cuántas veces.
Lo cierto es que no han arriesgado nada. Seguimos encontrando lo mismo, un padre que trabaja en un banco y que está triste; una mujer que lucha por los derechos de los de los más necesitados, un pariente estrafalario, unos niños, una niñera mágica, otro personaje encargado de servirnos a toda la comunidad, el banco, por supuesto, los dibujos animados, las canciones, Londres, ... y los mensajes: los adultos lo olvidamos todo; debemos aprender a mirar desde otra perspectiva; la importancia de la imaginación; la lectura...
Hay frases para recordar y para repetir,  "vamos a vivir una aventura, chicos, no la estropéis con tanta pregunta" (hay que dejarse llevar, hay que dejarse guiar, hay que confiar en que lo que están planteando tiene magia); "por su tapa nunca se tiene que juzgar"; "si sabéis leer entre líneas...", "no olvidéis lo dicho aquí y abrid algún libro antes de dormir"...
Mary Poppins nuestra niñera más querida no nos defrauda, siempre nos enseña, nos alienta y nos lleva de la mano a un mundo de fantasía. Su regreso en muy poco difiere en cuanto a estructura, temas, personajes, de aquella aparición de 1964, cuando los de entonces si querían volver a encontrarse con Mary deberían leerse sus libros. Hoy tendremos la doble oportunidad, leer sus libros y ver y volver a ver sus películas hasta saberse los diálogos y las letras de las canciones. Yo, personalmente, solo eché una cosita de menos, no lo voy a contar porque no quiero estropear a nadie la película. Ya sabéis "Mary Poppins: prácticamente perfecta". Qué ganas de verla otra vez.

domingo, 18 de noviembre de 2018

DE ROLLO NADA

    Mi hijo, 6 años, me dijo: "tienes que leer estos libros porque cuentan historias disparatadas". Claro, yo me leería casi cualquier cosa que me hijo me recomendase pero si encima usa el adjetivo "disparatadas" me las leo, más que nada, con la intención de saber si lo ha utilizado bien, la deformación profesional es lo que tiene.

     La RAE, mi fuente siempre, y ahora que se puede consultar por el móvil (www.rae.es) más, recoge tres acepciones para este calificativo:

1. adj. dicho de una persona: que disparata.
2. adj. Contrario a la razón
3. coloq. terrible (muy grande).

"Disparatar": decir o hacer algo fuera de razón y regla.

Pues resulta que lo ha empleado bien. A él las cosas disparatadas le encantan, le provocan mucha risa. Le divierten.

     El Rey Rollo es, evidentemente, un rey (con su corona y todo) y como es un Rey, y no un Príncipe, es un adulto. Un adulto que hace cosas de niños, por ejemplo, rechaza el momento de ir al baño; sigue proponiendo una cosa detrás de otra aunque le hayan dicho que no; no se sabe atar los cordones de los zapatos; rechaza a otros con los que luego resulta estar encantado jugando...


     Rey Rollo es un adulto y, claro, no vive con sus padres, pero la cocinera y el mago encubren un tanto esos roles. 






      A mí también me ha gustado Rey Rollo y también os lo quiero recomendar. Primero, por supuesto, porque cuenta historias disparatadas.

       Segundo, porque me pasa lo mismo que con otro libro-objeto famoso del autor Ahora no, Bernardo (donde al hijo, Bernardo, se lo come un monstruo por la falta de atención de sus padres). Me recuerdan sus dibujos naif y coloridos, me lo traen a la memoria las lecciones que implícitamente Rey Rollo nos da a los padres. Por ejemplo en Rey Rollo y el baño, el protagonista prolonga y prolonga la hora del baño; la cocinera se cansa de llamarlo a voces, gritos que no sirven de nada; y el mago hace un truco, pide por mensajería que le lleven un barquito. Rey Rollo no se va a dar un baño, pero se mete rápidamente en la bañera. Los mayores tenemos recursos, otros recursos, y a veces nos olvidamos de ello.

        Tercero, porque David McKee nos hace un guiño a todos los que tenemos que encargarnos de las labores del hogar, son tediosas y solo un encantamiento haría que se acabasen rápido. (Rey Rollo y los platos).

         Cuarto, porque nos recuerda las dificultades que sienten los niños (Rey Rollo y los zapatos nuevos)  y lo felices que están cuando superan un reto.

         Quinto, la animalización del gato es un recurso estupendo en todos los volúmenes.

          Y sexto, y no menos importante, porque tienen un tamaño ideal para llevarlos en el bolso. De tal manera que no siempre tenemos que entretenerlos con el móvil, a veces, algunas veces, hay otros recursos. (A mí me entretenían con los cuentos troquelados).

           Por cierto, con Rey Rollo y la búsqueda me siento muy identificada, ¿tendré que hacérmelo mirar?

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NOTA. David Mckee, el autor, es muy conocido en este mundo del álbum ilustrado y la LIJ por Elmer, el elefante de colores. En estos seis minilibros, él gran maestro del álbum ilustrado, también están presentes los distintos niveles del lector, en función de su competencia lectora.



sábado, 10 de noviembre de 2018

SEMANA DEL ÁLBUM

          La Asociación de Editoriales "Álbum" ha organizado este año la segunda SEMANA DEL ÁLBUM. Once provincias españolas han tenido la oportunidad de disfrutar de este evento en el que se realizaron diversas actividades: talleres, gincanas, charlas... A pesar de que las editoriales asturianas no están representadas en esa Semana (lo lamenta la editora Ester Sánchez de Pintar-Pintar en las redes), sí que los están  librerías y la Red de Bibliotecas Municipales que nos han ofrecido a los asturianos la oportunidad de adentrarnos un poco más en este género en auge. Gracias por ello.

             Hubo distintas actividades, para todos los públicos, y claro, no pudimos ir a todas, a pesar de que pusimos mucho empeño, no nos quedó otra que seleccionar.

             Comenzamos la Semana el martes 6 acercándonos a la Libretería Cosas en Familia, Avilés,  donde el editor de Milrazones, Jesús Ortiz llevó a cabo el taller "Cómo hacer un libro rápidamente (el secreto mejor guardado de los mayores)". Allí, niños y adultos, pudimos aprender a hacer un libro de ocho páginas y a contar en él una historia. Repasamos qué es una portada, una contraportada, qué datos aparecen en un libro... todo ello basado en el libro Migue hace un libro

              Yo voy a aprovechar muchísimo esta idea. Le voy a sacar partido seguro. Ya tengo en mente cómo voy a hacerlo. Pero no soy yo la importante aquí. Aquí lo importante es cómo lo disfrutó mi pequeño. Ver que había hecho su primer libro lo emocionó. Le hizo muchísima ilusión. Tanta que al día siguiente llevó su libro Jak y el tesoro -hecho por él- y Migue hace un libro, al colegio. Quería compartirlo con todos, quería que todos aprendiesen a hacer un libro, quería enseñarles tantas cosas acerca de los libros.... Lástima que no hubo tiempo y el libro volvió a casa sin que los compañeros pudiesen leerlo. El heredero sólo tiene seis años. La profesora de Lengua que llevo dentro de la capa de madre también sufrió esa escasez de tiempo. Un niño engancha a otro niño mejor de lo que podamos hacerlo cualquier adulto. En fin...

Así de contento iba, como unas castañuelas. Igual de contento salió, 
él no pierde su sonrisa así como así.


               El miércoles fuimos a la Librería Punto de Cuento, en Oviedo, no queríamos perdernos una vuelta al mundo, con lo que a nosotros nos gusta viajar. Allí "Tres Brujas", en realidad una, Ana Cadrecha, y un hechicero, Freddy Gonçálvez nos esperaban para leernos MADLENKA de Peter Sís, Editorial Ekaré, y a continuación dar una vuelta al mundo alrededor de la librería. Lo pasamos pipa. Hicimos nuestro pasaporte y lo mejor fueron los juegos con los niños. (El pequeño ni se propuso llevar este libro a clase, a pesar de que están trabajando China y el libro hace referencia a China y sus dragones. Quizá nunca más tenga ganas de llevar un libro a clase. Intentaré que no. Eso sí, lo llevó al coche y lo fue leyendo durante el corto trayecto, pero de ahí ya no salió). La gran sorpresa se la dio su padre de noche, cuando le enseñó que su libro Jak y el tesoro ya tenía versión ebook. Para él, que es un apasionado de las nuevas tecnologías, ver su libro en versión digital fue un aliciente más. 

               El jueves él quería ir a El Búho lector a hacer sus primeras posturas de yoga con Olalla Hernández, y lo hubiese llevado de mil amores (y hasta si me hubiesen dejado hubiese recordado viejos tiempos en los que aún me doblaba algo), pero, esta vez la madre salió ganando (porque no sabía él que había uno sobre "El cielo imaginado" porque si no, no sé yo)  y se fue a Avilés, la madre,  de nuevo a Cosas en familia, a la charla con Javier García Sobrino "El álbum en la vida del aula. Crear lectores a partir de la lectura del álbum". Estaba dirigido a maestros y estudiantes universitarios, de estos ninguno. Sólo maestras y profesoras de secundaria, y una abuela ama de casa (la abuela de mi pequeño, mi madre, claro).

               Lo mejor de Sobrino fue sin duda ponernos los pies en la tierra, "se pueden hacer muchas cosas" pero lo que hay que hacer "es leer". ¡Cuánto me gustaría que la libretería estuviese llena de maestros de primaria -ni uno ni una-! Sobrino es maestro de primaria, no necesita libro de texto para sus clases: álbumes, biblioteca de aula... Ojo, yo soy profesora y utilizo libro de texto, no tengo nada en contra de los libros de textos, pero hay que usarlos con raciocinio. Cuando el médico nos receta una jarabe y no lo tomamos entero, no ponemos el grito en el cielo, tomamos lo que necesitamos; del libro de texto, lo mismo. No están hechos para que se hagan enteros, están hechos para que cubran las necesidades y los gustos de muchos currículos y muchos profesores; no porque sea obligatorio darlos enteros. Al menos yo lo veo así, de momento, ningún padre se me ha quejado por eso. Ya se sabe "cada maestrillo tiene su librillo" y hay que oír, ver y callar.

             También escuchar, mirar y aprender que fue lo que hicimos con Javier Sobrino. Eso y disfrutar, porque cuánto se disfruta cuando te leen un álbum. Nos recomendó unos treinta: Casualidades; La torre y la estrella; Yo, Ming; No todas las vacas son iguales; Tres erizos; Si yo fuera un libro; La casa del árbol; Bombástica; La pajarera de oro; Donde yo vivo; Poesía de F. García Lorca; Iliana, la niña que escuchaba al viento; El autobús de Rosa; Camino de mi casa; Nombres robados; Juul -lo que  me acordé yo de mi IES Carreño Miranda y su gran actividad con Juul-; La Isla; Los niños del mar; África, pequeña Chaka; Le violinste; Un día un perro; César y Ernestina; Cenicienta... Por supuesto, nos recomendó la revista Peonza, donde colabora, y que este año, por fin, ha recibido el Premio Nacional de Fomento a la Lectura. Incluso nos regaló un ejemplar, todo un detalle.

               Hoy, sábado 8, hemos cerrado la Semana con "La ciencia de lo afortunado" de la mano de Ana Cadrecha, "cómo explicar teorías científicas a partir de libros ilustrados de ficción", en Gijón, en la librería El Bosque de la Maga Colibrí. Al laboratorio solo pudieron acceder los niños y niñas apuntados, así que los mayores no sabemos a ciencia cierta qué ha pasado ahí dentro. Yo sé lo contento y emocionado que ha salido mi pequeño de allí. Sé que hoy se ha leído al menos tres veces el libro y que ha retomado un juego que ya tenía olvidado. También nos ha contado que le han tocado los mejores niños para hacer un trabajo en equipo. Con su versión de la experiencia nos quedamos los papás más que contentos.(Otro precioso libro para la colección Afortunadamentede Remy Charlip en Lata de Sal Vintage).

              En fin, Asturias está en la línea del álbum ilustrado y eso nos gusta, porque a nosotros nos gusta un potosí (ya se ha notado ¿no?). Que no nos olviden en las próximas convocatorias, por favor.


             
   

sábado, 3 de noviembre de 2018

CONSTELACIONES

Nunca había mirado al cielo con la curiosidad con la que ahora lo hago. Muchas veces había oído lo mucho que se aprende con los hijos, esa segunda oportunidad que nos dan de aprender a mirar el mundo con otros ojos.
Hoy hemos hecho un par de constelaciones: la osa mayor y la menor. Las hemos hecho con nuestras palabras favoritas (incluso hemos aprovechado para practicar esto del lettering que tan de moda está y tanto nos atrae). 




Ha sido una actividad muy provechosa. Os recomendamos hacer vuestro propio cielo estrellado.

lunes, 22 de octubre de 2018

NOS PUEDE PASAR A CUALQUIERA



¡Qué grandes son a veces los pequeños problemas!

                               Nos puede pasar a cualquiera, nos podemos equivocar, de hecho nos equivocamos, erramos, fallamos; y de nuestros errores aprendemos. “Haciendo y deshaciendo va la niña aprendiendo” que recoge el refranero, y ya se sabe que “decir refranes es decir verdades”.

                               Algo falla, algo ocurre, e inventamos mil disculpas, mil historias, cuando nos damos cuenta de que no vamos a poder solucionarlo.

                               Enfrentarse al problema con la verdad por delante es siempre la mejor opción porque siempre podremos encontrar una solución creativa que apañe el desaguisado.

                               Un alarde de creatividad es el que encontramos en el álbum de Iwona Chmielewska: El problema. Una historia sencilla, cotidiana, sirve de excusa para plantearnos un mundo de imaginación, creatividad.

                               Pequeños enunciados a la izquierda, parte inferior; y grandes dosis de ingenio en la página derecha donde la mancha que deja una plancha ardiendo en un mantel bordado da para mucho.

                                Un gran álbum para llevar a clase y hacer resumen –la historia es muy sencilla-; pero también para estar atento a los temas: los problemas y sus soluciones creativas; enfrentarse al problema con la verdad por delante; varias perspectivas ante las situaciones... En fin, creo que la lectura de hoy nos ha gustado. Especialmente por esa creatividad que nos deja con la boca abierta, nos trae una sonrisa...

                               Por supuesto, también para dejar volar la imaginación y entonar “creatividad al poder”.


domingo, 21 de octubre de 2018

PERIODISTAS CON ALMA


Alma Guillermoprieto: Premio Princesa de Asturias Comunicación y Humanidades de 2018.



            Este año la galardonada con el Premio Princesa de Asturias Comunicación y Humanidades ha sido la mexicana Alma Guillermoprieto. En torno  a ella –y a otros dos premiados- la Fundación Princesa de Asturias FPA organizó su ya tradicional programa “Toma la palabra”.

            En esta ocasión el trabajo que se les pidió para homenajear a esta premiada, era ni más ni menos que la confección de un periódico que hablase del municipio en el que estaba ubicado su centro escolar. Un gran trabajo puesto que el alumnado debía recabar la información, contrastarla, hacer imágenes, editar, diseñar y componer un periódico. A todo esto había que sumarle que el curso comenzó el 14 de septiembre y el 2 de octubre debía estar presentado este enorme trabajo.

            En nuestro Departamento (el de Lengua Castellana y Literatura del IES Alfonso II) debatimos mucho acerca de la idoneidad o no de este tipo de trabajos. Por un lado, la falta real de tiempo –teniendo en cuenta que el curso acababa de empezar-; por otro, la dificultad de tener que seleccionar a dos o tres alumnos solamente para representar al centro.

            Yo, nueva en el IES Alfonso II, valoré mucho si participar o no. Sopesé mucho pros y contras, pero sobre todo, creo que lo que más pesó, fue mi experiencia anterior. La última vez que pude participar (la primera que se hacía) había resultado ser una experiencia maravillosa y gratificante para el alumnado. Los discentes valoraron entonces tan positiva la actividad y a mi juicio fue tan enriquecedor el poder tener a un galardonado hablando para ellos, dirigiéndose a ellos, a los jóvenes, a los adolescentes, al futuro. Es cierto que en aquella ocasión tuvimos la suerte de que Leonardo Padura, el galardonado, fuese a mi instituto de ayer, al IES Carreño Miranda. A qué centro irá el galordonado es algo que no se sabe hasta muy cercano el encuentro.

            En fin, puse a mis alumnos y alumnas de 3º de la ESO  a trabajar, y trabajaron duro. Corrimos contra el tiempo y cual periodistas vivimos al límite para llegar a la edición. Lo conseguimos en parte. En un grupo, el alumnado no quiso ir más allá, y aunque algunos hicieron sus periódicos no los hicieron siguiendo las normas de la FPA. En otro de los grupos entregaron, siguiendo dichas instrucciones,  dos periódicos, la mitad de los propuestos. En cambio, en el tercer grupo todos los periódicos vieron la luz, cuatro. Que hace que en unos grupos todo fluya es tema de otro artículo.

            Entonces llegó el momento más detestado. El que yo había recogido y señalado como el desagradable: elegir al alumnado representante. Sabes que la actividad va a resultar interesante, sabes que es bueno para todos asistir a este tipo de actos de los que tanto podemos aprender, pero también hay que entender a la FPA, que juega con espacios limitados y marca las bases: se seleccionarán  tres alumnos/as. Eso nos dijeron en un primer momento. El jueves 11 de octubre por la tarde encontré otro correo en mi buzón: podía llevar a un alumno/a más.

            Supongo que todos hemos tenido que seleccionar alguna vez y que entendemos que no es fácil, así que no hacen falta, entiendo, más explicaciones. Paso entonces, a lo que sí considero importante: el encuentro. Los compañeros y compañera lo contaron en clase, yo lo contaré aquí.

            El lunes 15 de octubre de 2018 los cuatro alumnos y yo nos dirigimos en autobús de línea a Mieres, concretamente al IES Sánchez Lastra, donde habría de ser el encuentro con esta galardonada. Al entrar en el vestíbulo pudimos ver colocados sobre los típicos pupitres escolares verdes los periódicos enviados a la FPA. Rápidamente buscamos los nuestros. Allí nos contaron cómo iba a ser el acto y cómo y dónde debíamos colocarnos. Leonor García sería la encargada de hacerle la pregunta y estaría en el escenario; Pablo Fernández, quien habría de recibir el obsequio que ella nos daría; Iyán Bermúdez, reservaría asientos para todos; y, finalmente, Pelayo Alonso y la profesora esperarían en el hall la llegada de la premiada para recibirla y explicarle el proceso de creación de los periódicos




            Para mí, la primera gran emoción, fue encontrarme que junto a los periódicos del IES Alfonso, estaban los del IES Carreño Miranda y el del IES Nuevo Cangas, los dos centros anteriores en los que he trabajado. Si la organización hubiese querido tener un detalle conmigo no le habría salido nada mejor. Mi aquí y ahora junto a mi ayer. (La profesora del IES de Cangas del Narcea, al presentarnos, me felicitó por un trabajo que yo recuerdo con mucho cariño Microcuentos que arden, hablaré de él en otro post).


            Después de este inciso, y volviendo a lo que estábamos, Alma Guillermoprieto llegó puntual y sonriendo. Saludando a los alumnos y hablando al alumnado, no tanto de cómo habían hecho su periódico –al menos no en nuestra mesa- sino preguntándoles por el tiempo que les había llevado llegar hasta allí, por si sus centros estaban en mar o en costa, por sus nombres... y, claro, cuando Pelayo le dijo el suyo ella exclamó “un nombre muy españolísimo”. “No, muy asturianísimo en ese caso” le dijo Pelayo. Entonces quienes la acompañaban le contaron la historia del rey Pelayo y continuaron hacia otra mesa.





            Ya en el salón de actos del IES Sánchez Lastra, Alma Guillermoprieto entró aplaudiendo a quienes la aplaudían a ella. Siempre sonriendo. Siempre agradecida.


            La presentadora,  profesora de Lengua Castellana y Literatura en dicho centro, Mari Luz Sanz guió la entrevista que el alumnado sentado en el escenario le haría, previa presentación de la periodista mexicana. De esas preguntas que los jóvenes presentes le hicieron salieron verdaderas joyas que son las que merece la pena destacar aquí, porque muestra a la Alma Guillermoprieto que tuvimos la oportunidad de conocer, una mujer sencilla y grande, comprometida, encantadora y humana, muy humana.

            En su primera respuesta hizo mención al dictador nicaragüense Anastasio Somoza. Nos contó que la primera entrevista que ella hizo fue a este hombre. Ella no sabía nada de este oficio. Recuerda haber pasado por varias estancias hasta llegar al dictador, y recuerda también que no se había planteado cómo debía dirigirse a él, cómo saludarlo. Cuando estuvo frente a él, Anastasio Somoza extendió su mano para estrechársela a ella, y al ir ella a devolver el saludo la bolsa cargada que llevaba al hombro cayó y esto la hizo hacer un genuflexión que todas las cámaras recogieron, de tal manera que ella apareció en las fotografías haciendo “una graciosa caravana al dictador”. Jamás yo había utilizado el término “caravana” en este contexto y creo que fue el primer momento en que pudimos darnos cuenta que estábamos con una hispanohablante del otro lado del Océano y que debíamos estar muy atentos porque había mucho que aprender. Alma Guillermoprieto representó la escena como si la estuviera viviendo en aquel mismo momento. ¡Qué grande!


            Esta anécdota que a ella le había ocurrido sirvió para que empezase ya con sus grandes consejos a los jóvenes. Les dijo “los errores pasan y de ellos se aprende. Van a aprender más de sus errores que de sus aciertos. No tengan miedo a equivocarse”. En ese momento observó que la mayoría de las personas que estaban en el escenario eran chicas y les dijo “diganles a sus muchachos, con OS, que tienen que lanzarse a cometer a errores”.

            Después continuó contándonos que había que reconstruir eso de que una imagen vale más que mil palabras. “Una imagen nos facilita la imaginación”. Una imagen no nos ayuda a comprender las noticias. Las imágenes nos dan terror y el terror nos paraliza. El texto nos ayuda a entender.

            Confesó que cuando estás haciendo un reportaje no sientes nada, estás tan concentrada en la cámara grabadora que no sientes nada. Cuando te pones a escribir debes conseguir que no pese más la cabeza que el corazón ni viceversa.

            Le preguntaron si algunas vez le habían bailado las palabras. “Las palabras me bailan siempre”, y como en todo el encuentro, volvió a dirigirse a los jóvenes, “¿saben? Hay dos cosas que se pueden hacer cuando las palabras bailan: dejenlo –siempre estará mañana- y otro, darle al delete”. “Una frase lleva a otra frase, una palabra a otra palabra”.

            También nos dijo que había que combatir los clichés con estadísticas, “combatir los clichés con estadísticas es muy interesante, hay que deshacer los clichés.”

            Evidentemente le preguntaron si le gustaban las series que hablaban sobre el narcotráfico. A pesar de que alguno de sus acompañantes le hizo el gesto de que iban a cortarle el cuello –ella nos lo contó a todos quienes no vimos el gesto, nos lo teatralizó, en todo momento nos hizo partícipes de lo que allí pasaba con naturalidad, aplastante-; pues como decía, a pesar de ello, Alma Guillermoprieto no dudó en contestar a la joven que le hizo la pregunta y contarnos a todos lo que pensaba.

            Fue uno de los momentos en los que el público más se hizo notar, porque ella dijo “si la marihuana no fuera ilegal, valdría lo que vale el orégano”. Y no, no le gustan las series sobre el narcotráfico porque idealizan esas figuras,  y en su país hay muchos feminicidios... y no, no le gustan. Lo argumentó alto y claro.

            El otro gran momento en el que público no pudo contener la risa, fue cuando sonó el timbre de cambio de hora de clase y ella dijo “hay un incendio”. (Así suenan los timbres de los institutos en los cambios de hora, a incendio, a urgencia, a grito de dolor...el paréntesis es mío, claro).

            La charla, la entrevista siguió fluyendo. Su primera noticia ella nunca la vio impresa. Aprovechó para explicarles a los adolescentes allí presentes lo que era un teletipo, donde ella escribía sus primeras noticias. Así que ella pensaba que escribía para un “pasquine” y no para el segundo periódico más importante de Inglaterra. Exactamente no pudo responder a lo que le preguntaban que era cómo se había sentido al ver publicada su primera noticia. Nunca la vio publicada.

            Por supuesto, le preguntaron por qué había dejado de ser bailarina. Nos respondió  y explicó que no quiso dejar de ser bailarina pero que no había recibido el aliento suficiente para continuar. “No les quiero engañar, fracasar es muy doloroso, terriblemente doloroso”. Entró en el periodismo por accidente. Siempre uno es bueno para algo. Por eso, de nuevo, vehementemente se dirigió especialmente a las chicas y les comentó que su editor en cierta ocasión le dijo: “Quiero que escuches bien y repitas: si están haciendo algo y lo están haciendo bien esa no es razón para dejarlo”. Muy importante para los jóvenes de hoy que parece que siempre necesitan que la motivación venga de fuera, del exterior. A veces, nosotros mismos debemos ser autocríticos y seguir luchando por lo que creemos que hacemos bien.

            Destacó que hay mucho periodismo de inmediatez y poco explicativo. Las prisas con las que todo en este mundo se hace fue un tema recurrente en la entrevista. Más que las prisas, la necesidad de la calma.

            Cuando le inquirieron si era relator o intérprete de lo que ve. Lo dijo claro “no podemos ser ese robot, siempre se interpreta... LO IMPORTANTE ES QUE TU MIRADA SEA AMPLIA”.

            ¿Inglés o español? Las lenguas son instrumentos, aclaró. Declaró que llevaba cuarenta años tabajando con ese instrumento que era el inglés; el español era para su casa y en pantuflas. Ella había observado que el inglés era bueno para la ironía y el castellano para el sarcasmo. Ahí queda para la reflexión.

            El método para sus crónicas: caminar mucho. Para hacer una crónica de un lugar de Asturias, caminaría uno, dos o tres días y tomaría apuntes de los sitios que le llaman la atención. Lo primero: la vista.

            “LA VERDAD NO EXISTE... Existe lo que cada uno de nostros puede aproximarse a una realidad.[...] Vamos a percibir un pedacido de la realidad”. Frases así, tan universales, tan magistrales, nos dejó clavadas en el alma Alma. Reales como la vida misma.

            A mí, tan de lleno ahora en la ilustración, me impactó y sugestionó cuando dijo que se había apuntado a clases de dibujo para aprender a mirar lento. Contó su anécdota al tener que pintar una obra muerta y no reparar en los cuadraditos del mantel, porque llevaban mucho tiempo. Esa metáfora, esa necesidad de MIRAR LENTO es tan importante en la sociedad fugaz y volátil en la que vivimos... Qué bonito que todos hiciéramos más dibujos para aprender a mirar lento; para luchar también con esa inmediatez que no solo se da en el periodismo sino en la vida actual donde recibimos un mensaje y rápidamente ya estamos contestando, sin pensar, sin reflexionar, sin valorar, sin contrastar...

            La última pregunta nos unió. Alma Guillermoprieto confesó algo que seguro que todos los presentes ya sabíamos que uno de sus temas preferidos era la comida. Es algo que nos une, dijo, es algo universal. Todos comemos. Es un tema realmente universal.

(Faltan en las fotos uno de sus nuestros periódicos que la FPA nos hizo llegar ya)
            Hechas las preguntas a la homenajeada se la llevaron, y los presentes volvimos a colocarnos junto a nuestros periódicos. Esperando su regreso, que vino acompañado de un presente. Un tubo dedicado que contenía una copia de nuestros periódicos.

            Resumiendo, porque me he extendido bastante, lo sé, un encuentro mágico donde la invitada se dirigió con sencillez y humanidad a los jóvenes presentes para que transmitieran sus palabras a los otros jóvenes que no habían podido estar. Cargada de cariño, de emoción, de sinceridad llegó y se fue Alma Guillermoprieto; y los presentes nos quedamos un poco más llenos, llenos de valores, de mensajes, de emociones compartidas.
pregunta a Alma Guillermoprieto. Su respuesta sirve de titular a El Comercio
Yo habría destacado: 
"Es tan fascinante el pretexto de un cuaderno y un lápiz para salir a descubrir el mundo"

viernes, 12 de octubre de 2018

EL ESFUERZO ALIENTA


          
         
           Son tiempos nuevos para mí. Tiempos nuevos con viejas formas, porque a pesar de los pesares, uno no cambia de la noche a la mañana y lo que ha funcionado y te gusta, sigue funcionando allá donde vayas.

             Me gusta leer, me gusta leer a mi alumnado y me gusta, especialmente, leerles álbumes ilustrados, porque son breves piezas que nos permiten hacer la lectura y dejar después un tiempo para que el libro circule, no siempre el suficiente para que llegue a todos, necesitaríamos tener más de un ejemplar, pero, nos apañamos con lo que tenemos, qué remedio.

            Hace poco fui a una charla de Beatriz Sanjuán en la librería Punto de Cuento y al acabar, me acerqué y le pedí: “recomiéndame un álbum para mí”. Me puso dos en la mano. Uno no recuerdo cuál fue, el otro, el que me compré. El actor. ¿Por qué este y no el otro? No lo sé. Quizá porque el protagonista me daba la espalda en la portada. Quizá porque el título se leía como viéndose en un espejo. Me dijo “cada vez que lo leas, verás algo”.

            En casa lo leí, y nació en mí un deseo de saber: ¿era una historia real? ¿cómo era el teatro indio? ¿por qué los animales? ¿por qué... por qué...? Entonces me dije, si a mí me causa tantos interrogantes a mis alumnos y alumnas, seguro que también.

            Estábamos estudiando los medios de comunicación de masas en 3º de la ESO –habíamos estado trabajando el periódico de nuestro municipio para la Premiada en Comunicación y Humanidades por la Fundación Princesa de Asturias Alma Guillermoprieto-, así que había que seguir por ahí, después de esas noticias reales había que ir a lo literario, a la creatividad. Me propuse trabajar la intertextualidad, porque la necesitaremos cuando hablemos de la Literatura y mejor ir conociéndola y aprehendiéndola poco a poco.

            Llegué a clase y les comuniqué que haríamos una noticia creativa, con su antetítulo, su titular, su subtítulo, su entradilla, su cuerpo de la noticia y su imagen y pie de foto. Les hablé de la intertextualidad. Les anoté en el encerado los datos del libro:

PRAKASH, Uday y REA, Simone: El actor, Ed. A buen paso, Barcelona, 2011

Y expliqué muy por encima lo que era un álbum ilustrado. Les pedí que se fijasen en todo. En el texto y en las imágenes. Cualquier cosa por mínima que fuese podría ser el detonante para su noticia creativa. Cualquier elemento podría ser la chispa. Todo lo demás se lo podrían inventar: la fecha de su periódico, el lugar...

            Lo leí. Lo leí despacio. Desde la portada –que ya les había sorprendido porque era como un espejo-; las guardas iniciales llenas de dientes de león;  la portadilla –quizá desde atrás no pudieron ver que los dientes de león formaban el telón de un escenario, quizá los de delante tampoco se percataron-; comenzamos con esa pregunta retórica con la que comienza el libro – y algunos y algunas ni siquiera se percataron de que era retórica-, hubo risas, la lectura continuó y las dobles páginas que conforman la obra comenzaron a sucederse con sus topitos rojos en todas ellas, con sus mayoritarios fondos blancos en ese papel un tanto brillante y de gramaje alto, con negros y blancos, grises y variedades de rojos predominando; con sus sombras, sus primeros planos... hasta la contraportada con su trompa de elefante recogiendo los dientes de león y recomponiendo la silueta con ellos.

            Leímos juntos, yo ponía la voz, ellos y ellas la atención, la escucha.

            Al acabar hablamos del esfuerzo, hablamos del tema subyacente y del latente, hablamos de la risas con dolor y del dolor sin risas. Hablamos del mundo negro en el que algunos viven.

            Comenzó el tiempo de la creación. Debían componer una noticia que respondiera objetivamente a las 6w’s: qué, quién, cuándo, cómo, dónde, por qué. En el orden de importancia que ellos consideraran importante para su noticia. El álbum solo era un estímulo.

            Al día siguiente leímos algunas noticias en clase. Algunas de ellas me han impactado. Hay quien contó la noticia de una chica –con nombre formado por nombres de héroes- albina que se había pintado la piel de colores; quien contó la enfermedad del actor; quién vio al hombre dentro de otra dimensión y habló de videojuegos, el que se fijó en los animales y habló de animales que se escapan de un zoo; las plagas de escorpiones; la muerte del actor; el actor escondiendo a un asesino con su peculiar maquillaje; quien hizo un resumen del libro a modo de noticia... cuando lanzas un ejercicio creativo y ves tanta creatividad, se te pone la piel de gallina.

            Después de sus trabajos, a mí el álbum todavía me ha dado para más lecturas. ¿Habrán ellos buscado quién es Phakir Mohan Sen? ¿Habrán sentido curiosidad? Desde luego se han preguntado muchas cosas, la más oída en todas las clases fue ¿por qué van disfrazados de animales? De hecho, la noticia que quizá más me haya impactado fue la de la enfermedad que convertía la cabeza de los hombres en cabezas de animales, a mí me recordó a Gregorio Samsa pero mi alumno ni siquiera sabía quién era Kafka ni de qué le hablaba cuando le nombraba La metamorfosis. Intertextualidad dentro de la intertextualidad.

lunes, 30 de julio de 2018

TODA LA VIDA ES CUENTO Y LOS CUENTOS CUENTOS SON


A raíz de mi publicación "Unos brioches, por favor" una amiga me escribió un correo para contarme su experiencia (su buena experiencia) con la novela. Me quedé sorprendida al descubrir que alguien leía lo que escribía. Sorprendida y gratamente emocionada le prometí que la próxima vez me esmeraría más. Sin embargo, el tiempo del que dispongo no es mucho y un buen trabajo tiene que tener poso. Hay que hacer borradores, consultar, revisar, investigar, volver a revisar... un proceso laborioso. Así que a cambio de un buen trabajo voy a hablarle de un buen libro. Un buen libro que estoy segura de que a ella le gustará. Por supuesto a muchos más, yo creo que a todo aquel al que le guste la ironía, el sarcasmo, la mordacidad contada con dosis de surrealismo. Confieso que lo leí hace unos meses y que aún lo llevo en la memoria como un libro para tener presente en muchas dispares ocasiones (ya que estoy confesando, algunos cuentos los barajé para mis chicas de las tardes de los martes, ellas saben quiénes son).

No es un libro nuevo, sus historias vieron la luz hace ya diez años, así que seguramente mi amiga, gran conocedora, tenga ya su opinión formada, como dirían los toreros "va por ustedes".

Esta segunda edición que ha llegado a las librerías en la primavera de 2018 de El río que se secaba los jueves (y otros cuentos imposibles) de Víctor González está ilustrada por el Premio Nacional Pablo Amargo que una vez más nos sorprende con sus aportaciones a pesar de que parezca que va a ofrecernos lo mismo. Jamás lo hace. Pienso que ahí reside la magia de este ilustrador. Creemos que ya lo hemos visto todo de él y estamos en pañales en cuanto a lo que va a ofrecernos en cada una de sus nuevas entregas. Ha sido la editorial Kalandraka quien en tapa dura nos lo ha regalado (o sea, publicado, no se entienda mal).

Pequeños cuentos, algunos microcuentos -por aquello de que nos lleva más tiempo, mucho más, pensar en ellos que leerlos un montón de veces-, que rompen con todos los tópicos. Clasificados en diez bloques no dejarán de cautivarnos. Por ejemplo en "La fábrica de princesas" el genio que hacía las mejores princesas de cuentos tenía un método para dotarlas de vida que no era para nada del gusto de los príncipes. También tenemos la oportunidad de conocer al hombre más perezoso del mundo. Leer finales como:

"El loro estalló:
_Sois una pandilla de animales. No se puede hablar con vosotros. ¿Cómo tengo que decirlo? Soy un loro. ¡Un loro! ¿Es que no entendéis el español o qué?"



A mí con este primer final, final del primero de los cuentos, ya me hizo su deudora.

Hablando de finales, acércate al principio y no querrás que se acabe. Te sacará más de una sonrisa.

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Para más información: 


viernes, 27 de julio de 2018

UNOS BRIOCHES, POR FAVOR


Una amiga me ha regalado este libro Tea Rooms. Mujeres obreras.
Soy muy afortunada, tengo alrededor muchos seres humanos que valen la pena (también he tenido parásitos, qué le vamos a hacer, así es la vida, un camino de aprendizaje, pero no es de esto de lo que quiero hablar, sino de Tea Rooms).

                Hace exactamente veinte años (decir esto me hace mayor) yo aprobé la oposición,  mi tema escrito: la generación del 27. Entonces no se hablaba de las sinsombrero ni de ninguna escritora de la época. Se hablaba de esos grandes y admirados maestros ante quienes yo me quito el sombrero: verde que te quiero verde;  si me llamaras sí, si me llamaras; enhiesto surtidor de sombra y sueño... pero igual que yo no quiero hablar de mis parásitos,  tampoco se hablaba de ellas, como si fueran parásitos. Habían caído en el olvido. No se las conocía, no se las reeditaba, no se las estudiaba...

                Así que cuando Luisa Carnés cayó en mis manos este verano yo no la conocía y ha sido un placer conocerla. Un grato placer conocer Tea rooms. Mujeres obreras, conocer a Matilde y a sus compañeras de la confitería.

                Empiezas a leer y pronto te sientes dentro, dentro del salón de té, esperando, comiéndote un brioche mientras observas todo con detenimiento. No necesita frases largas para meterte en la historia. No necesita circunloquios absurdos. Simplemente te lleva de la mano al salón y desde allí te permite verlo todo. Sin buenos ni malos. Sin maniqueísmos juveniles. Lo que ves es lo que hay, júzgalo tú.

                No hace falta dibujar hombres malos para resaltar las luchas y virtudes de las mujeres de entonces, como tampoco de las de ahora.. Eso me gusta de la novela y ennoblece a Luisa Carnés. Simplemente te convierte en un cliente privilegiado que puede verlo todo y formarse una opinión.

                A ti, cliente privilegiado de este local, te deja incluso ver los ratones por ahí pululando (ya no hay ratones en las casas, pero hubo un tiempo en que era habitual que se sospechase que había uno en casa, especialmente cuando tenías muebles nuevos, se le ponían trampas y se pasaba miedo por las noches pensando que se te metería en la cama), pero imaginarse un ratón en una confitería de copete... Tú, lector, lo ves.

                Estás dentro. Te estremeces con su hambre, pones en entredicho tu ética y tu moral, ¿es lícito robar si a ti te roban en el salario? ¿Si lo que ganas no te llega para saciar tu hambre?¿De qué lado estás: del empresario que roba con impunidad o de la dependienta que sustrae miserias de la caja? Robar no está bien eso está claro, pero quién roba a quién. 

                Todo lo ves y de todo te vas haciendo una opinión y posicionando... Y se te caen los palos del sombrajo cuando descubres que Antonia, a quien tú has dibujado como una mujer mayor, es más joven que tú... y por un momento no te sientes tan niña, ni tan “maravillosa”...

                La narradora te sienta en el salón y tú miras, observas, dices, creas opinión e incluso, a veces, juzgas y te posicionas. Inevitablemente.

                La novela con leves pinceladas te invita a pensar, a reflexionar, a vivir en otra época y ver que cien años más tarde algunas cosas no han cambiado. Entonces te entra el miedo. Evolucionamos muy lentamente, pero, seamos positivos, evolucionamos, no nos quedemos en el miedo.

                Me ha gustado mucho sentarme en este saloncito madrileño y ver que no siempre hay finales Disney, que hubo un tiempo en que estos eran impensables. Hasta aquí puedo leer porque no quiero estropear la novela a nadie. Puedo decir que me gusta Matilde, me gusta mucho Matilde porque siempre sabe estar. Como también puedo decir que te invito a sentarte en este salón, esta confitería, y ver Madrid y a sus mujeres de hace cien años. Ver y comparar, y pensar y reflexionar. Hoja de Lata ha hecho una edición muy cuidada que te gustará.

               

jueves, 26 de julio de 2018

UNA CITA A CIEGAS


No he sido yo de citas a ciegas. He sido persona de saber lo que quería y lo que buscaba (aunque alguna vez me he despistado o sentido confundida). Lo cierto es que tener una cita a ciegas despertó mi curiosidad.

                La primera vez despertó mi curiosidad pero no di el paso. La segunda nació el deseo pero no me atreví. La tercera creció la valentía y decidí aventurarme. Me puse mi equipo de valiente y escribí mis datos.

                La verdad es que solo me puse un traje, no estaba francamente convencida. Sin embargo, ya había dado mis datos y solo podía esperar. “Alea iacta est”, pensé.

                No atravesaba una buena semana, me sentía inquieta e insegura. Me reprochaba haber contestado a aquel formulario, haber dado tal o cual respuesta. Me arrepentía constantemente. ¿Y si no me gusta? No podía devolverlo sin más. Tenía que afrontarlo como un juego, no obstante, no podía.

                Más pronto que tarde, y hasta eso no me gustó, puesto que pensé que tardarían más en encontrar algo para mí... había sido tremendamente fácil, llegó.

                Y llegó un mal día, un día con muchas emociones, un día agasajada con Fernando Vicente, un día con sus dos caras, la triste porque me iba, la feliz por el cariño que me demostraban mis amigos. Y tuvo que llegar él, ese día precisamente. Un día en el que había tenido bastante.

                Lo miré con recelo. No me gustaba. Lo que me temía, no me iba a gustar y no me gustaba. Así de simple. Ni siquiera le había quitado el primer envoltorio pero ya sabía que no me gustaba.

                Lo senté en el sofá, junto a mí, ¿qué otra cosa podía hacer? ¿Tirarlo a la basura? Le hice fotos. Me sentía patética ahí, haciéndole fotos, pero ahí estaba. Me fuí.

                Al día siguiente ahí seguía, esperándome, y yo no me decidía entre quitarle el primer envoltorio o mirar hacia otro lado. Ya se olvidaría. Ya pasaría.

                Se lo quité, ¿qué habrías hecho tú? No puedes devolverlo sin más, tienes que darle una oportunidad. Todos nos la merecemos. No sería justo. Yo querría que a mí me la diesen. Se la di.

                El segundo envoltorio no me pareció tan excepcional como yo habría creído que sería. En fin...

                ¿Habían sido exageradas mis expectativas? ¡Había visto otras citas a ciegas tan bonitas, porque la mía iba de mal en peor! ¿Por qué una espera que en una cita a ciegas aparezca un Príncipe Azul? Los Príncipes Azules no existen, ¿por qué los seguimos esperando en los cuentos?

                La cosa es que, enfadada conmigo misma, rasgué el siguiente envoltorio. Y solo conseguí enfadarme más.

                Era una lucha interna, ¿por qué creí que tenía que gustarme? Lo tenía rotundamente claro: yo no lo habría elegido NUNCA.

                Me enfadé mucho más conmigo misma.  Esta vez por haberme dejado seducir por un anuncio durante dos años rondándome en la cabeza. Por creer que puedo dejar a otros que elijan por mí. Por idealista. Por ingenua...y, sobre todo, por no estar afrontando bien una decisión que yo solita había decidido. Acabáramos. Ese era el quid de la cuestión. No era esta decisión de mi cita a ciegas sí, mi cita a ciegas no, yo quería engañarme así, pero no era ella la que me traía a maltraer.

                De nuevo, en fin...

                ¿Cómo se rechaza a una cita a ciegas? ¿Se le dice que no y ya está? Francamente todo se me estaba haciendo muy cuesta arriba.

                Una noche me fui a la cama pensando “hay algo en la primera impresión que no me disgustaba del todo vacaciones, lo dejaré para las vacaciones, quizás...”

                Mis vacaciones han tardado en llegar, más de lo que me habría gustado, se me ha hecho largo, muy largo y pesado el camino hasta llegar a ellas. Pero han llegado.

                El otro día nos sentamos juntos. Yo estaba más tranquila, sé que yo nunca lo habría elegido a él, sé que se habría quedado entre muchos otros, que cientos de ellos le habrían pasado, sé que sin unas manos sabias y un cerebro bien amueblado, le habría dado esquinazo, le habría dejado escapar, aunque hubiese leído sobre él, aunque me lo hubiesen recomendado otras voces.

                Ahora que hemos pasado un par de tardes juntos, tranquilos, sin pedirle que debe cumplir unas grandes expectativas, sé que vamos a pasar muchas tardes más. Vamos a disfrutar y a compartir, porque hay un elefantito que no me quito de mi cabeza, porque hay muchas historias que a mí me gustaría contar y, por encima de todo, porque no es un LIBRO DE UNA SOLA TARDE. ES UN LIBRO COMO DIOS MANDA.


lunes, 2 de julio de 2018

LA SEGUNDA VEZ QUE YO NACÍ

Hace seis años una noche como ésta no dormí mucho. Sabía exactamente que al día siguiente mi vida iba a cambiar para siempre y estaba muy emocionada. El momento más deseado estaba a punto de llegar. Confieso que tenía miedo, miedo a cómo sería el acontecimiento, miedo a que algo pudiese salir mal, miedo a que mi sueño no cuajase... lo reconozco, soy una persona miedosa. 

Hoy es un día para releer La primera vez que nací, no voy a hablar de las excelencias del álbum ni de cómo puede aplicarse al aula, mi amiga Flor ya lo hizo magistralmente, como ella saber hacer las cosas, en el blog Bosque de lecturas (os dejo el enlace https://bosquedelecturas.wordpress.com/2016/04/20/la-primera-vez-que-cumpli-trece-anos/). Ahí tenéis información madres, padres, profesores y profesoras y cada cual que lo aplique como le plazca y lo sienta, porque es un libro para sentirlo.

Vuelvo a releerlo hoy porque mañana mi peque, mi heredero, cumple seis añitos, o seis añazos según quién lo mire. Así que nuestro día ha estado plagado de emociones. Hemos despedido sus cinco años como se merece una gran despedida que da paso a un niño mayor. Adiós a mi bebé, hola a mi niño. Hemos ido al cine, hemos visto El malvado lobo feroz (muy recomendable) y en mitad de la película, cuando las dos madres, la biológica y la adoptada, están en un tira y aflora por la crianza de sus pollitos, cuando yo empezaba a emocionarme, miré a mi hijo y lloraba, lloraba con una emoción sentida. Dicen que se parece a su padre, lo dicen, pero no es cierto, pues siempre que él llora, es a su madre a quien se parece. Somos dos llorones incontrolables. Pero es tan bueno no reprimir las emociones por mucho que los demás se burlen...

En fin... estos días, en que su cumpleaños se acercaba, y los íbamos contando, como se deshojan las margaritas, me quedan cinco, me quedan cuatro... me ha ido preguntando, cuál fue mi primera palabra, cómo fue mi primer día en el hospital, y cómo me vestías, cuéntame más cosas de mis primeros días...

Por supuesto que le cuento, le cuento que la primera vez que me lo pusieron encima tuve que contener las lágrimas para que no me conociese llorando; que, en cambio, él no lloró y me asusté muchísimo porque en las películas siempre había visto que los niños lloraban al nacer; que lo llamé por su nombre y me miró; que lo vestí con la ropa que su abuela le había hecho y en el hospital me riñeron porque tenía que llevar la ropa de hospital; que le hice muchas fotos -tuve que prometerle, cruzando los dedos, que ninguna con la "asquerosa" ropa de hospital -como él la llamó-; que lloraba muchísimo cuando estaba desnudo; que su padre y yo nos pasamos toda la noche mareándolo a ver si dormía, a ver si comía, a ver si respiraba, a ver si tenía frío, a ver si tenía calor... -se parte de risa con esta anécdota de los padres primerizos-; que su primera palabra fue "agua" -que en literatura es fuente de vida-; que la primera vez que escuchó la batidora se puso a llorar como un loco y también la primera vez que escuchó el secador de pelo; que la primera vez que comió un paraguayo le encantó, aunque ahora no quiera probarlo; que la primera vez que probó el queso supo que era un manjar del que siempre quiere seguir probando; que...que...

Mañana releeremos juntos La primera vez que nací y me someteré a sus primeras veces, esas que todavía soy yo quién puede contárselas, porque habrá otras primeras veces que él tardará mucho en contarme a mí, y algunas que nunca me llegue a contar. 

De lo que sí estoy segura es de que la primera vez que él nació, fue la segunda que yo nací. Gracias a él he aprendido a vivir mejor, porque he aprendido a mirar. Me he pasado la vida viendo cosas, he tenido que nacer por segunda vez para darme cuenta de lo importante que es mirar. Yo nunca había mirado arriba, nunca había pensado que esos puntitos de luz que vemos en el cielo pueden ser planetas. Nunca había mirado a mi alrededor como tampoco había mirado hacia abajo. Me había pasado la vida viendo, ahora, gracias a él, estoy aprendido a mirar y es todo tan interesante a mi alrededor, que hasta las matemáticas las miro de otra manera.

Hay días muy especiales y el 3 de julio, es un día genialmente especial.